El último vikingo

El viernes, 30 de enero de 2009,. murió el sueco Ingemar Johansson, quien fue campeón mundial de boxeo (en la categoría de los pesos pesados). El gran gigante blanco está ahora en el Walhalla, el paraíso de los viejos vikingos.

Con un último suspiro de vida se despidió cariñosamente y con nostalgia recordó el cinturón de los grandes pesos del box y se marchó, silenciosamente, para reunirse con la tierra lanzando un último crochet de izquierda al aire. Ahora está reunido con los dioses Odín y Thor.

Fue en 1959 cuando un pugilista negro, inteligemnte y agil llamado Floyd Patterson (que tenñía puños de hierro pero mandíbula de cristal), quien tumbó por siete veces consecutivas a Ingemar en la lna del Madis Square Garden, en el séptimo asalto del combate. Fue la primera muerte de Johansson.

En aquellos tiempos era un insulto a la población norteamericana que nativos descendiendtes de asntiguos esclavos de Áfrcia, fuesen destacados en cualquier actividad y por eso propusieon un nuevo combate etre ambos. Se realizó el combste rvancha que duró hasta que Floyd Patterson le endilgó un directo al hígado que hizo que el gigante blanco cayera KO en la lona del New York Garden nuevamnete. Fue la segunda muerte de Johansson.

El público fanátodoc de los USA no le perdonaron nunca eso a Ingemar, olvidaron las numerosas veladas en las que vibraron con su ídolo blanco y le hicieron de lado dejándole sin amigos. Antes era el más grande , el más guapo, el más genio, al que todos invitaban a sus iestas y cortejos de alta sociedad. Ahora lo covertían sus fanáticos segidores en sólo un marixcón sin coraje…. y tomaron de nuevo como ídolo blano al inmortal Rocky Marciano

Pero Ingemar Johansson fue un puguilista integral, profesional, noble, nada alcohólico y siempre familiar. Amaba más ñrunfamwte a su muijer y a sus hijos que a todo el oro y la plata del mundo.

Por eso la putrefacta mafia de los Estados Unidos no le perdonó aquellas dos derrotas al último vikingo llegado de Suecia. que ahora tiene la enorme fortuna de cruzar combates amostoso con los dioses Odin y Thor mientrs lleva una via pardisíaca en el Walhalla extraterrenal.

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El último vikingo

El viernes 30 de enero de 1909, murió el sueco Ingemar Johansson, quien fue en vida campeón mundial de la categoría de los pesos pesados del boxeo. El gran gigante blanco estará ahora en el Walhalla, el paraíso de los vikingos.

Con un último suspiro de vida se despidió cariñosamente y con nostalgia del cinturón de los grandes boxeadores y se marchó, silenciosamente, para runirse con los dioses Thor y Odín mientras en la Tierra nos dejó un memeorable recuerdo con su biografía.

Fue en 1959 cuando un púgil de raza negra llamado Floyd Patterson (que tenia una dureza de hierro en sus puños pero mandíbula de cristal) el que le arrebtó la corona tumbándola por sietes veces en la lona en el tercer asalto. Fue la primera muerte de Ingemar.

Un comentario sobre “El último vikingo”

  1. Como ya te comenté en la ciudad vecina, de la cual no quiero pronunciar ni su nombre.
    Me je retirado a Walhalla con el vikingo rubio, aunque aquí si lo traeré, se que le gustará este lugar.

    Besotes

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