La desligada luna acaba de fundir sobre los humanos de mi querida ciudad el horizonte de la memoria… y todo ha quedado aspirado por una nube de aliento sobre las piedras amadas de las casas, en cuyo interior las criaturas vivientes pensativas quedan.
Quienes hemos podido existir el día de hoy es porque estamos ahora pensando en las desveladas luces de la noche que difuminan los perfiles de las calles en un tobogán de olas erguidas entre la niebla.
El vivir es ahora, en estos instantes en que os escribo, como una espuma fungible que se funde con la experiencia de ir muriendo (viviendo en sí mismas) día tras día y ya no nos basta con una sola palabra para horadar la memoria de la vida sino que necesitamos todo un clamor de voces como significados del recuerdo.
Las vidas pueblan el mundo de esta tierra envuelta en el dormido mirar de los pájaros nocturnos y todos estamos quietos, ardiendo en las sombras de nuestros cuerpos proyectados bajo la luz completa de estos focos poblados de un ondear luciente que nos hacen seres pensativos.
Y allá, a lo lejos, el horizonte… el horizonte muy oscuro con su seno ya volado…
Vivir mucho, osea con la profundidad que merece tal estado, es almacenar un tesoro en nuestro interior, que tenemos aveces que utilizar para apreciar, lo de bueno que hemos aportado a la existencia de otros, y lo mas importante, todo lo que por delante nos queda por descubrir y ipnotizandonos, darnos la fuerza de los mayores descubrimientos internos, que todavia nos quda mucho por descubrir y amar, besazos