El mundo se pierde.

Por las calles de los sueños
camino febril y doliente,
la desolación inunda el ambiente
Ya no ríen las gentes.
Y en los campos antes fértiles
las viñas se secan,
las flores se mueren,
los pájaros no cantan
y un silencio de muerte
cae por la pendiente.

El peligro se presiente
ufano y latente
acechando a un mundo
que ya nada siente,
que ya nada sueña
que poco a poco se pierde
en los libros olvidados
de las estanterías durmientes

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