El Poeta del Espejo versus El Puño del Hombre (primer asalto)

Cae la noche. Ante el espejo de las doce cuerdas, una por una, y bajo las luces de los focos del ring, El Poeta da rienda suelta a su fantasía. Enfrente de él, El Puño del Hombre mira silencioso sus movimientos. Tiene el rostro contraído, ensombrecido por una materia granítica. Su rostro prefigura la sensación de una mueca sardónica mientras el Poeta del Espejo lanza su ataque.

“Aquí en el medio está la vida
encajada en el misterio de la niebla.
Habla el tiempo de la pausa encendida
enntre la luz de la noche y la tiniebla”.

El Puño del Hombre encaja a la perfección el golpe del viento y a la vez contrataca con función descompensadora.

“No hay más profunda sensación en esta vida que la de hacer creíble la materia humana. La razón de la poesía se pierde siempre ante lo cotidiano de la subsistencia. No. No pasará el verso más allá de las rendijas del ánimo yaciente. Ya la poesía está vencida”.

El Poeta del Espejo retrocede unos pasos sobre sí mismo para medir la distancia de sus límites. Hay espacio suficiente para aferrarse a sus pulmones y se dedica a meditar por un momento.

“Es en el enclave de lo humano
donde el hombre permanece siempre.
Depende de lo que haga su mano
que recoja aquello que él siembre”.

La razón y el corazón del Puño y del Poeta se atacan la mente y el alma. El espíritu de la noche se vuelve oscuro. El Poeta se deliza con calma pero el Puño le entrevera la salida.

“No es aconsejable huir de lo instantáneo. De nada le sirve al pensamiento crecer en lo estéril de la sustancia inerme. La materia de la vida es un ahora que tiene más dimensión cuando la conciencia del progreso abunda con la ciencia”.

No encaja bien el sentimiento del Poeta ese directo axioma de lo espúreo. Él se mira en el brillo de las doce cuerdas y agazapa el rostro bajo los focos.

“A la luz del foco repentino
el alma se vuelve más profunda.
Y es la esperanza el destino
del verso buscado en que se funda”.

No espera el Puño del Hombre la resistencia enconchada del misterio. Él está más acostumbrado a la victoria sobre el tiempo del arte y de la memoria.

“Ya se escucha la música del viento. Ya se funde la materia en lo orgánico. Y al final de todo paso temporal sólo media la historia de los hechos como cotidiano devenir de lo presente. Más allá de lo concreto no existe nada”.

El Poeta del Espejo rehusa sacar a relucir su juego de metáforas y prosigue en su camino de dar largueza al silencio.

“Si el espíritu no anida en un proyecto
el final de éste es sólo la agonía.
No siempre el mejor camino es el recto
sino que lo es el camino de la alegría”.

Termina el primer asalto con las luces de los focos relampagueando sobre la sudorosa piel del Poeta y del Puño. El Vacío, espectador de excepción por ser quien pondrá en juego la corona ante el vencedor de este singular duelo, está comentando las peripecias de este primer asalto.

“Ha sido, como todo buen ejemplo de lucha sin cuartel, un primer asalto de tanteo. Veo al Puño del Hombre más rocoso que nunca y es en su fuerza elemental en donde reside la confianza de sus seguidores. El Poeta del Espejo ha mantenido en secreto ese su característico juego esgrimístico de lo metafórico que tantas sorpresas ha dado a anteriores rivales. Yo diría que el Puño del Hombre está un poco acelerado en sus energía pero es que tiene muchas… pero el peligro para él es que se le acuse pronto el cansancio ante la resistencia indómita del Poeta que, más débil en lño físico, tiene un mejor juego de esgrima mental. Nada está decidido todavía. Sólo es el primer asalto. Yo preferiría combatir la corona contra el Puño del Hombre porque es una clase de rival a la que estoy más aocstumbrado pero tampoco le tengo temor alguno al Poeta del Espejo de quien tengo que estudiar más sus movimientos envolventes, sobre todo si le da tiempo a sacar su famoso juego metafórico. Puede ser que el Puño del Hombre intente acortar las distancias y entre en el juego del golpe continuado para acabar antes del límite. Pero depende ahora de la astucia del Poeta no caer en su juego. Para mí este asalto ha terminado nulo”.

Duermo mientras descansan el Poeta y el Puño. Por ahora reposo y repaso mentalmente las opiniones del Vacío. En el ambiente se descuelga una incógnita duradera: quién será mejor rival para el Vacío. Yo procuro llenar mi presencia con el café humeante de Liliana. Después todo puede suceder…

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