EL POZO NEGRO 3 PARTE

El viejo Leonidas, observaba con atención a sus pequeños oyentes, mientras inspiraba con pasión enormes caladas de su pipa, para luego formar perfectos aros, que se atravesaban, unos con otros. Para alborozo y aplausos de todos los chiquillos, que impacientes esperaban que Leonidas les contara la continuación de su terrible historia.
Temblaban tan solo al imaginar a Matilde y toda la crueldad y temor que padeció, una niña tan risueña
-Vamos Leonidas cuéntanos que le paso a Matilde, gritaron algunos niños.
Todos habían oído hablar de ella pero ninguno la había visto.
Ni tan siquiera sus amigos más allegados Adrián, Alberto y sus hermanos pequeños

Matilde y Su familia vestían de luto riguroso desde el fatal incidente, fue en la primavera pasada y no consentían que nadie la visitara, excepto el medico del pueblo el Doctor Ramón que era, dicho sea de paso uno de los mas ricos del pueblo, gracias al beneplácito de los pacientes, la mayoría ancianos que personalmente visitaba, llevándose por tan altruista detalle un buen pellizco. De hecho pudo construirse el chalet mas grande y mas lujoso de toda la aldea.
Estas costumbres venían de antaño de cuando se le obsequiaba al medico con una gallina o unos tomates maduros, con los nuevos tiempos esto se traducía en euros.
Era común un domingo tras la misa de 12 la reunión de todas las parroquianas más adineradas, desayunaban charlando de sus cosas.
Un día las hoy hablar del dinero que debía percibir el médico, pero si es de la seguridad social, exclame sin rubor, su mirada era una lanza ardiente.
En el pueblo todos le pagamos unos mas otros menos, pero el se preocupa visitando en las casas.
-como es su obligación exclamé
Sin pensarlo me dieron la espalda, en otro tiempo pienso que me hubieran quemado, lo bueno de este ir y venir es que a Matilde la visitaba continuamente, de hecho la habían visto especialistas de todas forma de enfermedad, y nadie daba con lo que realmente le pasaba a nuestra Matilde, ni el tratamiento a seguir.
Es como si un extraño animal la hubiera quitado la alegría y parte de sus jugos internos
En las radiografías de su esquelético cuerpo se podía apreciar que todos los órganos excepto el corazón extrañamente habían menguado a la mitad.
Matilde había perdido la grasa y su piel era grisácea.
Yacía boca arriba con la mirada perdida y ojos de espanto
Su boca ya no sonreía por el contrario mostraba una mueca que daba miedo de torcida que era.
El pelo se le había caído por lo que estaba casi calva.

Cuando venia el medico su madre la ataba un pañuelo de vivos colores, para disimular su aspecto de ultratumba.
Todo esto nos contaba el viejo con infinidad de detalles.
Según contó desde aquella mañana, tras la visita al pozo, la niña parecía como de otro mundo, no hablaba, y su tristeza dolía, tras conocerla tan alegre.
Había que darla la comida con una sonda que le iba de la boca al estomago, mi pobre niña

-Vosotros no queréis que os pase como a Matilde, gritaba el viejo
– No gritaban los niños al unísono
– No se os ocurra acercaros al pozo esto no es cosa de juego
-Y ahora a cenar y a dormir, gritaba Leonidas dando fuertes bastonazos en el suelo
Los niños se levantaron con desgana
-Venga mañana venid a la misma hora y os contare otra historia todavía mas increíble
– Hasta mañana D. Leonidas
– hasta mañana pequeños tened cuidado derechitos a casa
-Rubén Adrián, Nerea y Alberto eran hermanos y se dirigían a su casa dando vueltas a las palabras de Leonidas, entraron en un callejón dejando atrás a los otros niños
-Hasta mañana pardillos gritaron
-Adiós listillos
Adrián dijo:
Sabéis no me creo ni una palabra, aquí hay gato encerrado, y es nuestro deber averiguar lo que esta ocurriendo
Yo tampoco me trago lo del pozo exclamo Alberto
En el bosque hay ciertas criaturas muy especiales, pero nunca había oído hablar de una tan mala.
Podríamos investigarlo
Mañana podríamos ir a hablar con la bruja del bosque, segura que ella sabe muchas cosas interesantes
Nerea dijo nerviosa: a mi me da miedo el pozo.
Adrián: Nadie va a ir todavía a investigar en el pozo, todo se andará, primero tenemos que informarnos bien sobre lo que le ocurre a Matilde y para ello tu Nerea que ibas a su clase van a hablar con la tutora doña Rosa y Alberto y yo pediremos cita con el doctor, para así convencerles de lo bueno que es el hecho de que Matilde escuche lo que se ha aprendido en clase y oiga voces amigas, a lo mejor notaria una mejoría, tenemos que convencerles, por ultimo hay que hablar con su madre con el respaldo de maestra y medico, explicarle los milagros que obran en personas así los seres de su misma edad por damas amigos de hace años.
Así quedamos estaban ya en la puerta de su casa, dos van al bosque y dos se encargaran de la profesora y el medico luego nos reunimos para deliberar.
Huí que olorcillo me muero de hambre
Una limpia vivienda de piedra, se habría ante ellos con una mezcla de increíbles olores todos muy apetitosos.
Como por resorte todos se dirigieron a la cocina, la madre, sacudió la mano de Alberto,
– Lávate las manos o no probaras ni gota
– Corriendo Alberto perseguido por sus hermanos subieron a lavarse las manos
– Había un delicioso olor a estofado de cabrito
– Y sobre la mesa se veía una suculenta tarta de manzana, junto a ella una hogaza de pan blanco y un bool. con mantequilla casera en una fuente estaban un buen número de boquerones en vinagre, con apetitosas aceitunas y al fuego una fuente de barro con exquisitas gambas al ajillo.
– Estaba claro que nadie iba a hablar mientras degustaban tan suculenta cena

2 comentarios sobre “EL POZO NEGRO 3 PARTE”

  1. Está muy interesante la historia Alicia. Cuida un poquito más la presetnación del texto… pero te animo a que continúes porque le has dado intriga y misterio. A mi me gusta mucho el climax que existe en la narración. Si cuidas un poquito más la redacción te saldra excelente. Es muy bueno de verdad Alicia.

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