chissssttt, sssiiischt, chiiiissss…
Desde la esquina, un sombrero de fieltro gris, gafas oscuras, una gabardina beige y unos guantes negros, le hacían señas. Se acercó disimulando, no era aconsejable ser visto por Martínez.
Hola Andy, soy Gloria Colombia, ven, tengo el coche a un par de calles, además aquí sobramos. Dejemos al señor Sargento “no se entera de nada”, que saque sus erradas conclusiones avinagradas.
Veo que le conoces, acertó a decir Andy , un poco cortado al no verle los ojos, el cabello… las manos…
Por desgracia sí, y no sólo en esta vida…
¿Qué quieres decir con eso…?
Bueno, vale, no quiero desorientarte más, ya sé que en pocos días ha variado… cómo lo diría… ¿tu “calidad de vida”?
Yo no lo llamaría calidad, sino deterioro. Te confesaré que me he perdido, sí, así de llano y sencillo. Supongo o suponía que todos merecíamos una oportunidad y creo que la mía se ha perdido irrevocablemente en una nulidad eterna. No me hago preguntas, ya no, sería inútil como lo está siendo ahora mismo. Bueno, perdona, no me refiero a eso, en realidad sí que espero respuestas y con prontitud, antes de que me venzan los plazos de la locura. Sé que hay un Cosmos con millones de galaxias, sé que llevo una “pipa” en el bolsillo, ¿y qué…?, pero llegas tú, vienes y me dices no se qué de otras vidas… si querías aclararme las ideas no vas por buen camino, al contrario, me estás liando más la madeja…
Lo entiendo y lo siento, no tengo ningún derecho a mezclarte en mis rompecabezas… supongo que no nos encontramos en el mismo nivel de orientación. He de reconocer que mi humor es retorcidamente negro, paradójico, metafórico, irónico y sarcástico. Es una forma de afrontar los problemas, sin embargo me considero muy íntegra y soy una constante luchadora, no me doblego fácilmente y si caigo, vuelvo a levantarme con mayor ímpetu y fuerza de voluntad. Si no, ¿a qué hemos venido a este mundo? Hace siglos, Calderón escribió “La vida es sueño”, tú mismo has escrito sobre la posibilidad de los cambios de estados confundiéndolos con una fiebre gradualmente delirante o con los efectos de alucinógenos… a eso me refería cuando he citado la frase: no sólo en esta vida. Y punto. Y un consejo que te daré, es que no esperes al ejército de salvación. Lucha por ti, deja de atormentarte, de tenerte compasión y lucha… no te hundas en lamentos que no curarán tus miedos, al contrario los aviva más…
Sí, no es tan fácil cuando las adversidades te llegan en cada peldaño de la escalera desconocida y es tan larga y confusa que se mezcla el negro y el blanco, la razón y la locura, el amor y el odio, lo real con la fantasía, el bien y el mal… etcétera, etcétera. Por cierto, tu manera de hablarme, sabes detalles de mi vida…, es como si me conocieras de siempre…
Digamos que te he seguido la pista durante esta última semana.
Voy a aparcar por aquí, mira, ahí hay un sitio.
¿Dónde estamos?, no reconozco la zona.
Si no me equivoco, hace años que vegetas en Cosmopolitano. Pues bien, estamos en las afueras de la ciudad. Tengo un apartamento y algo que deberías ver y saber. No hay que poner frenos a la historia, tampoco el acelerador… tú has estado en punto muerto, sonrió complacida y mirándole a los ojos, observando su reacción introvertida.
Gloria Colombia era una mujer intrigante, que platicaba con el don especial de dejar en la intemperie palabras significativas que quedaban bailando en la mente, esperando inútilmente más información de la ya recibida. Hizo una buena maniobra y encajó la ranchera en el borde de la acera.
Dándole a un botón, silenció la banda sonora de la película Quadrophenia del grupo The Who. Acto seguido, giró la llave de contacto.
Final de trayecto caballero, bajemos…
Entraron en un estudio decorado con inteligencia, elegancia. Cada espacio, cada objeto, ocupaban su lugar con rigurosa precisión, dando la sensación de no sobrar ni faltar nada, ¿cercano a la perfección…? Pasaremos página…
De allí partimos y allá seguimos. Cautivos permanentes de una presencia primigenia, nacida la aureola antes de sembrar la semilla. Un abordaje entre densas nubes gris perla, sin armas, sin tripulación, sin dar a conocer la invisibilidad del engendro de un antaño creado promiscuo.
El tiempo es una micromilésima de milésima de segundo y si lo dividimos en unos cuantos millones de años, da un resultado de … ¿…?, lo que significa que debemos tiempo al tiempo. Vivimos en un precario chasquear de dedos.
Gloria Colombia husmeaba por las habitaciones.
Busco una cinta que quiero que veas… mientras siéntate, te pondré música. Introdujo en el equipo un disco compacto. En la carátula estaba escrito el titulo: Canciones para Andy.
La intrigante mujer todavía no se había desprendido de las gafas negras, ni del sombrero, tampoco la gabardina y los guantes, ¿porqué?
¡Y cómo no!, volvió a sorprenderse cuando empezó a escuchar las canciones para Andy, ¡eran tan suyas! Brotaron las notas que escuchaba estando en el vientre de su madre. Sintonías de infancia, de recuerdos, canciones contestatarias, el silencio de rebeldía adolescente, música sinfónica de duelo, de sentimiento de muerte. La carta a su primer amor. El sonido de letanías y risas. La amistad, la pérdida… el desprecio, la indiferencia. Los días de lluvia, el mar a flote, cielo, pájaros, arena escamosa de playa, caricias de piel, besos de sol. La primera vez… frustraciones, colegio, experiencias de adulto y un sinfín de pensamientos personales. Aquella cinta había grabado los bailes y los compases de estímulos y emociones, olores, colores y formas de sentir, con una exactitud que él no conocía en la trayectoria de sus días. Cercanas muertes dan nuevas perspectivas al camino.
A su espalda, Gloria Colombia le miraba contemplativa a través de los cristales negros.
¿Terminaste?, ¿si? Deseo que esto te ayude a entender un poco las diferentes convulsiones en las que te has iniciado…
La verdad es que comprendo menos que nada. Este cassette ha penetrado mis interiores y ha llegado hasta mi moral más secreta con certera puntería. Pero mis dudas se ramifican…
Bien, iré directamente al grano, testificó Gloria. Muchas veces nos preguntamos si existirá algún planeta similar al nuestro. No sólo sí existe, sino que hay doscientos cinco iguales a la Tierra, con los mismos ciclos rotatorios. Son como estrellas, unas nacen y otras mueren. Tú habitas en una que lleva siglos extinguida. El espacio es un cristal caleidoscópico donde nos vemos multiplicados, creemos que es un simple espejo, nos equivocamos, todos los reflejos son verdaderos. Es un engaño espiritual para no caer en crisis de pánico.
¿Y tú?, ¿y yo?…
Tú estás navegando a la velocidad de la luz por diferentes tierras, en cada una de ellas eres otro personaje y en distinta época, por lo que no llegas a encontrarte. Y yo he venido de otro planeta Tierra a advertirte de lo que te sucede, soy algo parecido a una curandera sideral. No sé más, también tengo mis dudas, no te creas, lo que si sé es que cuando regrese a mi lugar de origen, todo volverá a la normalidad y tú y yo nos olvidaremos el uno del otro. Así de sencillo, no te habré conocido y lo mismo te pasará a ti. Centrados en un mismo personaje, el que nos ha tocado vivir.
¿El disfraz…?
Es como tú me ves, imagina si puedes cómo te veo yo…
No, no puedo… oye y qué pasa con el asesinato.
¿El asesinato? ¡Ja!, han transcurrido unas cuantas cruzadas desde el asesinato del “Hombre Orquesta”. Olvida, deja de pensar y vive sin mortificarte, es inútil, no merece la pena sufrir por algo que no prevalece en el tiempo, en la historia, ni en el Universo… nunca ha existido nada.
¿Quieres decir que…? ¡Joder, qué fuerte! No lo creo, no, seguro que es otro jodido sueño…
No he venido a mentirte, al contrario. El Mundo, la Tierra, nunca ha estado, nunca ha sido. Somos el sueño del Universo, su espejismo, la imaginación del Cosmos, experimento estrellado.
Y ahora, preguntó Andy, ¿qué ocurrirá? Me volveré loco como no me digas que esto es una broma, quisiera oírte reír a carcajadas…
Eso no puedo hacerlo, te estoy quitando las vendas que te mantenían en un desequilibrio constante. Intenta sólo entender que aunque nada halla real, te haré una cura de desintoxicación, un masaje de olvido y luego seguirás tu “creíble vida”, relajado y sin alteraciones, como mínimo sin desdoblamientos. Serás tu propio destino en el inexistente mundo cretino y… lánzate a buscar felicidad, conocimiento…
A ver si me aclaro. Ostras, ¡no me puede estar sucediendo esto a mí! Me niego a creer lo que cuentas… así que no vivimos, pero debo vivir: ¿cómo se come eso?
Bueno, chico, no tengo todas las respuestas, lo fundamental es que vas a dar un giro de trescientos sesenta grados, que todos tus yo se unificarán en uno sólo indivisible en los límites de la normalidad y de alguna manera habrás hallado la paz interior. Ya no puedo decirte más, porque lo desconozco. Por favor, podrías girarte un momento… sí, no te extrañes… date la vuelta.
Andy López se quedó fijamente mirando la pared.
Avísame cuando pueda cambiar de posición, empiezo a estar un poco incómodo… ¿me oyes?, ¡¿Gloria?!
Andy giró en redondo al no escuchar a la mujer y descubrió quién era, estaba tendida en el suelo… la gabardina, el sombrero, las gafas y los guantes.