Se dice: “Yo soy libre de hacer lo que quiera”. Es cierto, pero no todo conviene. Sí, yo soy libre de hacer lo quiera, pero no debo dejar que nada me domine. También se dice: “La comida es para el estómago y el estómago para la comida”. Es cierto, aunque Dios va a terminar con ambas cosas. En cambio, no es verdad que el cuerpo sea para la inmoralidad sexual, sino que el cuerpo es para el Señor y el Señor es para el cuerpo. Y así como Dios resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros por su poder.
(1 Corintios, 6-12)
El que tenga entendimiento que entienda y que no lo entienda mal. (Diesel).