El valor de la sideas libres.

Eduardo Inda titula su columna de opinión de hoy como “La inteligencia emocional al poder”. No estamos hablando de “la imaginación al poder” sino de la inteligencia aplicada a la imaginación como sistema de poder. De ello se deduce que la inteligencia emocional nace en las ideas, en la calidad (y no en la cantidad) de ideas que cada ser humano posee privadamente en sus neuronas cerebrales. La aplicación de dichas ideas selectivas son las que forman una vida selectiva. Y es que el mundo se rige por razones que no se deben basar ni en la física ni en la química solamente (pues en ese caso solo somos animales nada más) sino que, a ello, hay que saberle aplicar las ideas selectivas. En estas relaciones humanas que se producen en el mundo las emociones pueden ser extensivas o pueden ser intensivas.

Las emociones extensivas sólo son producto de nuestra animalidad, mientras que las emociones intensivas son las que nos convierten en animales racionales. Las ideas no nacen nunca de la materialidad, como dicen muchos pensadores hoy en día (por eso el mundo está tan confuso y confundido) sino que son un producto refinado de nuestra invisible espiritualidad. Lo que sí es material es el resultado de aplicar las ideas y llevarlas a cabo. De ahí el verdadero valor de las ideas libres.

Las ideas son singulares, no tienen tiempo pues son inesperadas, como dice Miguel Angel Lara o intenta decirnos con palabras más o menos parecidas. Una visita inesperada nos contagia el ánimo (por esos las ideas están relacionadas directamente con el alma) y nos llevan a actuar de manera acertada, pudiendo cambiar de forma de pensar o de forma de actuar sin tener que contradecirnos al ser completamente libres. De ahí, repito, que las ideas libres son producto de la “idealogía” y no de las ideologías. Viviendo con las ideas libres somos autónomos (independiente no puede serlo nadie) y de esta manera autónoma, sin estar dirigido por líderes ideológicos podemos tomar cualquier decisión a veces en un sentido o a veces en otro sentido si vemos que este cambio sirve para mejorarnos. Por eso las ideas nunca traicionan al espíritu humano cuando son libres, mientras que cuando son libertarias (falsa libertad sujeta a cualquier tipo de ideología) son precisamente lo contrario; o sea, una esclavitud de quiene nos imponen sus ideologías.

El valor de una idea libre es lo inconfundible de nuestra propia persona cuando un ser humano es persona y no gente. Ahora algunos están sufriendo ataques de nervios por intentar conseguir algo a través de la simple aplicación del materialismo; lo cual es totalmente opuesto a la idea libre e imposible de compaginarlo con ésta. Creer que somos seres humanos libres, cuando estamos sujetos a una ideología, es una falsa creencia. Ser libres es, simplemente, poder elegir la idea que deseas elegir, la que te hace ser tú mismo o tú misma con tu propio estilo personal que, luego, si deseas, lo puedes poner o no poner a servicio de la sociedad. Depende de si además de ser libre esres comunitario. Dudar entre ser o no ser es dudar de nuestra existencia. Somos sólo cuando somos libres. Quizás esto fue lo que no pudo explicar Shakespeare cuando se lo preguntaba a una calavera en vez de preguntárselo a sí mismo. Shakespeare quería una respuesta de un ser muerto iedológicametne hablando; por eso dejó la incógnita sin poderla despejar.

El momento clave de nuestras existencias es cuando descubrimos que la vida de compone de ideas sutanciales e insutituibles pero sí evolutivas y no sujetas a la sujección de una ideologia o incluso a la involución de ciertas ideologías. Ese es el verdadero logro del éxito humano. Es mejor convencer que no querer vencer. Y para convencer sólo basta con saber aplicar a la vida humana la idea libre de ideología. Porque la vida humana debe ser siempre de un orden superior a la vida humana esclavizada por un orden inferior que es el impuesto desde fuera de nosotros. Sólo somos orden superior cuando desde nuestro propio interior sabemos elegir la idea y somos de orden inferior cuando la idea nos la imponen desde el exterior. De ahí el valor de las ideas libres y no las ideas libertarias… porque, aunque algunos no estén de acuerdo conmigo, si estudiamos la Historia Humana nos damos cuenta de que el Libertarismo es sólo una ideología más… mientras que la Libertad no pertenece nunca a una ideología sino a lo que yo llamo “idealogía”.

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