Elegía del Árbol

Él pertenece por la copa a lo sutil del tiempo, al aire de las distancias y al trinar de los pájaros; por el tronco, a la germinación de las ideas y a todo lo que une lo celeste con los dioses del fondo. Lo han dicho los poetas. Por la raíz oscura pertenece a las secretas aguas del misterio. ..

Él dibuja semicírculos perdidos en l atmósfera mientras porta fuegos heridos por el rayo. El árbol. El que es cosa mayor que nosotros porque está en el mundo con más certeza circundada. Árbol. Ciudad, campo y monte. Árbol en lo alto, sobre la lentitud de la subida y la pendiente de una colina colgada en los puntos suspensivos de un momento. Árbol. Nos llevamos a él y nos pensamos con su sombra en la suficiente soledad y en la infinita belelza al mismo tiempo.

Soledad, belleza, santidad de árbol mágico… forma que en las cercanías de los dioses revierte lo viviente. Árbol. De ciudad. De campo. De monte. De mundo entero. Más real que nosotros mismos porque viste a los lugares de una sempiterna igualdad con la tierra. Árbol vivible. Árbol cabeza y braz

3 comentarios sobre “Elegía del Árbol”

  1. Los árboles, esos amigos que nos traspasan su energía si los abrazamos, que nos conectan con la Madre Tierra a través de sus raíces. Árboles de los druidas, el Árbol de la Vida, el de la Cábala, con sus sephiras y sus senderos, el Árbol del Bien y del Mal.
    Tu loa al árbol me ha transportado al mundo mágico que existe a nuestro lado y que a veces no osamos visitar.
    Un abrazo.

  2. No has pintado un árbol, con tu fantástica manera de hacer literatura, has creado un bosque inmenso, y Pizca y yo nos adentramos en él para dar un largo paseo.

    Magnifico texto.

    Un saludo compañero.

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