emboscada

Un grito ensordecedor inundó el silencio de la noche. El grito me sobresaltó, salte de la cama y me asome al pasillo. Todo el mundo debió hacer lo mismo porque estaban asomados a las puertas de sus habitaciones mirando a un lado al otro intentando averiguar quien había pegado semejante alarido.

Entonces la vimos, una chica corriendo escaleras abajo a toda velocidad, gritando:

-¡¡FUEGO!!

Nos miramos todos y salimos corriendo detrás de la chica, despavoridos, aterrados. Todos teníamos un miedo horrible al fuego porque era lo único que podía hacernos daño.

Todos, en batallón, salimos del edificio para encontrarnos con una emboscada de los caza vampiros más temidos de todos.

Nos recibían un escuadrón de 200 hombres y mujeres con armas: estacas, puñales… Estábamos acorralados, no había manera de escapar de aquella trampa.

Entre sus filas divisé a la chica que acababa de hacernos salir a todos gritando que había fuego, lo cual, evidentemente, era falso.

-¡¡TRAIDORA!!- grité a la chica que se dio por aludida pero a la que le dio igual perder el respeto de sus semejantes.

Todos corearon mi acusación con otro tipo de acusaciones que no veo necesario decir.

Finalmente un hombre de las tropas enemigas que debía ser el jefe disparó una flecha que dio a parar en uno de los jóvenes que se encontraban a mi lado, saqué los colmillos y salí corriendo a plantar cara a los desgraciados que nos habían tendido la emboscada.

Todos los vampiros siguieron mi ejemplo y comenzaron a correr en dirección a los humanos. <> pensé cuando esquivé la primera flecha que se dirigía hacia mí <>.

Hinqué los colmillos en el cuello del primer hombre que se cruzó en mi camino, matándolo. Le deje en el suelo con el cuello roto y desangrándose.

Cuando iba a matar ya al segundo una flecha se clavó en mi costado haciéndome perder el equilibrio. Una niña de no más de 11 años la había lanzado. Para cuando conseguí enfocar la vista vi que era esa niña, la que había gritado fuego, la que me había disparado.

-¿Por qué haces esto?- pregunté mientras se acercaba despacio hacia mí con un puñal en la mano listo para cortarme el cuello.
-¿Por qué hago esto?-repitió con tono sarcástico- ¿Tú que crees?

Me quedé en silencio esperando a que ella misma respondiera a su pregunta.

-Simplemente porque odio lo que somos. Yo no elegí ser lo que soy y no quiero seguir siéndolo.
-¿Y por eso nos as traicionado a todos?-pregunté enfadada- yo tampoco elegí ser así.
-Tú no sabes como me convertí y nunca sabrás lo que es ser perseguida asta el fin de tus fuerzas por unos hombres que no conoces de nada, que son más rápidos y fuertes. No sabes lo que es eso…
-Nadie eligió ser un vampiro…-dije mientras ella me cortaba el cuello.
-Nos veremos en el infierno.

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