En este atardecer, cuando el mundo se disipa ante mis ojos, recuerdo que te amo.
En esta vieja habitación de cortinas blancas recuerdo…que te espero. Y en mi cama, a mi lado, recuerdo que no estás.
Y mientras el piano se hace amigo de las letras, de esta garganta sin voz, duermo despierta para hablarte y recordar que eres tu la música que me levanta al amanecer, a esa inmensa variedad de colores que bajo el sol se esconde.
Te evades en la espera de tu amor, para poder aguantar el día a día y no acabar en desgracia. Ojalá que tu espera valga la pena.