Paseo en la madrugada por la orilla del mar de mi vida. Las pequeñas olas que acarician la dorada arena apenas rozan mis pies, su espuma no llega hasta mí.
En esa quietud y sosiego que transmite el rumor del mar, vienen a mi mente bellos recuerdos, remembranzas de días felices.
A mis ojos en bandada se agolpa un mar de lágrimas luchando por salir, por inundarlos, ahogando mi sentir.
Como un volcán en erupción fluyen todas al unísono. Y el mar, este mar que me rodea, gana en densidad. Ahora si me llegan sus olas. Ya tiene el agua suficiente para llenarme de caricias y ello me reconforta.
Ha sido un desahogo venir a esta orilla y descargar las penas. Mis ojos están limpios, mi mente serena y el corazón….menos dolorido.
Puede que mañana vuelva a este lugar a limpiar un poco más mi conciencia.
Un comentario sobre “En la orilla de la playa de mis días.”
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Así es la vida, Wersi, cuando caminamos por la orilla del mar. Amar en la orilla del mar supone todo eso… pero es verdadero amar…