En los Mares del Sur

En el bosque sagrado vivía el anciano Hargaditán, en su cabaña estudiaba la ciencia de la Alquimia.
Tras consultar al Oráculo, descendió al pueblo como de costumbre. Allí abajo vivían los niños que no tenian permiso para soñar ni imaginar…

Los niños cada vez de que lo veían adentrarse en el lugar, se agrupaban a su alrededor, de tal manera que les contaba un cuento. El anciano les habló así:
“Escuchad con atención esta historia…

Resulta ser que en altamar, vivía una hermosa y bonita Ola. Un día le dijo al señor Viento que la ayudara a conocer la playa. Entonces su amigo el Viento de un soplo allí la envió.

Cuando la Ola llegó a la orilla, vio que una Roca muy seria, y con cara de pocos amigos la observaba muy intensamente.
La joven Ola se asustó, de tal manera que perdió el equilibrio y se precipitó hacia atrás con cierto descontrol.
Pero viendo y presenciando toda esta situación, estaba el Océano, que con firmeza y suavidad se acercó a ella sujetandola y ayudándola.
La Ola se sintió segura y a salvo. Se giró. Se miraron frente a frente. Se gustaron. Se enamoraron.
Ambos fueron a pasear por las aguas, se abrazaban, se besaban.
El Océano propuso a la Ola que se casaran…
Fueron a una Bahía donde vivía un Tifón jubilado, muy aficionado a desmantelar
confusiones y a organizar acontecimientos especiales, sobre todo de amores…
La Ola y el Océano se amaron con tanta transparencia y profundidad, que su amor se hizo eterno y atemporal, su amor se extendió por todos los continentes del planeta.
Y aquella relación jamás fue quebrantada.
Aun hoy sigue como el primer día.

¡Bueno chicos… ¿Os ha gustado esta historia ?”

El viejo Hargaditán cogió su bastón y regresó al bosque, en su rostro había alegría.

Fin.

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