En un solo sinfín de misterios

En un solo sinfín de misterios
me introduces toda tu materia
y me conviertes en círculo abierto,
en parábola del viento,
en síncope prolongado de existencia
con sólo un ligero movimiento
de tus labios encardinados en mi alma.

!Qué extraña paradoja es ésta
en la que un humano que muere de libertades
está totalmente esclavizado a tu manera
de sentir,
de vivir,
de permanecer etérea en el espacio!.

Y vuelvo una vez y otra y otra
a ser parámetro de tus destellos
y a envolverme en la cápsula de tus abrazos
perdiendo la noción de los sentidos.

Busco ser nave rauda hacia los horizontes
y sin embargo estoy clavado en tu bahía.
Y sólo sé que de todas las maneras pluriformes
en que se puede existir en este mundo
es en el elemento de tu sueño
donde soy
donde me realizo
como hombre mensajero
de la eterna
de la perpetua libertad.

4 comentarios sobre “En un solo sinfín de misterios”

  1. Me ha gustado, particularmente, la segunda estrofa, la de la paradoja… es una reflexión muy profunda.

    Así que estabas de mudanza, por eso apenas te hemos leído (se te echaba de menos).

    Un abrazo y que seas muy feliz en tu nuevo alojamiento.

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