Miro hacia atrás del tiempo y soy ausente
Retrocedo hasta el niño que me anduvo el pasado
Con la inocencia a cuestas lo hallo entre los otros
Como un punto de luz
Caído en el milagro
Emergen solidarios a mi convocatoria
Su aventura de sol me viene iluminando.
Es hermoso sentirlos tan cerca del latido
Aun con este fantasma
De muros
Separándonos
Que lindo que sería tomarlos de la mano
Abordar la ternura de su fresca mirada
Olvidar el olvido
Sonreír como ellos a pesar de los páramos.
Que lindo que sería violar los calendarios
No tener que volver
Desertar de los años
Quedarnos para siempre amarrados al niño
Y aprehender su aventura de baldío y de pájaros
Que lindo que sería…
Pero eso es todo
Vamos.
Hemos llegado al hombre trepándonos al tiempo
Solo nos queda ahora
Vivir
Y acostumbrarnos.
Bien, Moriben. En todo poema debe haber un reflejo de nuestro interior y tú lo sabes expresar. Vivir y acostumbrarnos a vivir siempre viviendo. Un abrazo cordial. Los años no existen pero nuestra presencia es la que cada uno de nosotros desea ser. Acostumbrarnos a ello nos lleva al olvido de los calendarios. ¿Para qué sirven los calendarios cuando la Poesía es nuestra arma predilecta? Amar es sentir y sentir es vivir en plena juventud. Por dentro y por fuera.