Es ella

Es ella. Es la mujer con el cabello a la altura de la tarde, con las pupilas llenas de sonrisas hechas de colores. Se detiene ante el sol lejano, se detiene ante los caminos y los senderos, y las sendas, y allí, quieta ella tomándose un respiro lleno de lentitud y tiempo paciente que no conoce prisa; y se inclina y se inclinó, lo hizo ante los caminos para verlos mejor, para disponer de una mejor panorámica; se inclinó, sí lo hizo, para bien mirar en busca del detalle y su pequeñez.
Y con un gesto muy pequeño baja y bajó la mirada, y quedó el pequeño detalle ante sí expuesto ante ella; pues la mujer lo encontró, allí estaba, pues en uno de los caminos a la espera ante sí; y lo emprendió, el camino de los detalles que son pequeños.

Un comentario sobre “Es ella”

  1. Buen relato, Volski. En los detalles es donde un escritor puede triunfar o puede fracasar. No me refiero a una exhaustiva descripción que puede llegar a aburrir a un lector o lectora; sino a la capacidad de detallar, con pocos elementos descriptivos, una buena escena, un diálogo lleno de interés o una extraordinaria acción dentro del relato.

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