Mis queridos Voremios:
La vida no deja de asombrarme con sus precipitados juegos y sus cambiantes propuestas. Es humano deternerse y mirar hacia atrás porque ha llegado el momento. He escrito con el corazón y desde ese gozo que siempre permite la libertad de este Vorem Oceánico. He conocido nombres y descubierto sentimientos. ¡Qué selva de poemas, de relatos, de reflexiones! Vorem es una inmensa reserva natural, poblada de los más variados frutos, de las palabras más bellas, de los comentarios más sensibles: un paraíso silencioso, donde los escritos son voces, ecos de montañas azules.
Me permito ir saliendo de este espacio porque mis frutos han madurado. Ahí dejo, entre otros muchos, semillas de sugerencia, pequeños retazos de vuelo de mariposa, orgullosos encuentros en la revista. Respetuoso con el tiempo y mis circunstancias, creo conveniente no decir adiós, sino sugerir un viaje hacia otras virtualidades.
He elegido el principio del verano, cuando la luz es más intensa y los frutos maduran. Esos frutos que dejo colgados de las ramas de este árbol de sabiduría que parece crecer solo, alimentado por la misma vida y cuidado por su Jardinero Fiel. son casi las tres de la tarde, una hora que la magia esotérica entiende como momento de la muerte de Cristo, y en la madrugada, esas tres, la inversión, la puerta abierta a los seres inferiores de los espacios ocultos. Una hora kármica. Jugueteando, un poco como Borges, con los símbolos reales y los inventados, quisiera desaparecer, para dejar paso a seres de luz, autores que crean, recreadores de mundos y sentimientos.
Retomando las palabras del poeta:
“Si me véis marchar, no digáis nada, porque el camino recorrido
se formó con mis huellas y mis pasos, y hasta donde llegué supe
lo que hacia”.
Con afecto.
4 comentarios sobre “Es tiempo ya de quedar dormido.”
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grekosay
geacias por tus textos, espero que esto sea sólo un hasta luego. Aquí siempre serás bienvenido, mítico voremio.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú mi desventura
Y mi ventura, inagotable y pura. Borges.
Un beso muy fuerte, Grekosay
Vorem tiene resonancias de Hogar, de residencia en la Tierra (parafraseando al autor). Sé que regresaré porque creo en mito del eterno retorno. El gran regalo será para descubir el madurar de muchos y excelentes frutos. Siempre gracias por posibilitar este ámbito.
Tú eres eco para mi sueño de caminante abierto… muchas gracias grekosay… y no te vayas para siempre sino que quédate presente hasta la aurora. Espero volver a tener la sorpresa diaria de poder leer nuevos y profundos textos tuyos. Un abrazo, compañero.