Dado que el humano siente
ansias por saber de dónde vino
tenemos siempre ese signo
interrogativo en la frente.
Ese preguntar ardiente
si somos un eco divino
o sólo un accidente destino
del universo caliente.
Ese sentir la silente
respuesta del vespertino
despertar de la simiente.
Ese notar de repente
que somos profundo camino
del andar correspondiente.
Estupendo poema. El virtuosismo de unir palabra con métrica…es algo extraordinariamente difícil. Precioso.