Estoy cambiando, me anuncia, y aunque no me agradan esos cambios, asiento… que deje de ser como es, como siempre le he conocido, no me entusiasma precisamente. Le miro, y comprendo que es la hora de despedirme de la personalidad cuyas particularidades siempre he admirado. Los vientos cambian, las reglas no son eternas, todo evoluciona. Y me pregunto si me gustará o no la persona que se queda, la que es mas obsesión en sus propias pasiones, la que se sabe admirada, lejana e inalcanzable, la que es talento, la que resplandece.
Y al final lo confieso: No quiero, no deseo la opción de aceptarle o rechazarle, sencillamente me adapto, me ajusto, me reordeno, igual soy cambio. Evoluciono.
En una pareja, la única evolución que funciona es la que discurre en paralelo o la que confluye… si el recorrido se va distanciando, malo (o, como dice mi maestra de Reiki, menos bueno).
Así que, muchacha, a evolucionar…
Besos.
Hola Carlota.. tienes toda la razon, aunque debo decir que esta reflexión habla de una amistad, una querida amistad que está haciendo cambios drásticos en su vida y no me queda de otra mas que adaptarme, dado que no quiero perderle..
Si, hay que seguir los consejos de tu maestra de reiki.. Un abrazo
Adaptación es un fenomeno muy comun en el ser humano, en especial en las situaciones extremas, viste la pelicula “El ladrón de Orquideas” La Periodista sufre una situación parecida a la que describes.. pero el final, podría hacerte pensar sobre “Simplemente adaptarce”.-
Saludos.