“Filmagost” 007 (corregido y reeditado)

Hace ya más de 7 años y medio que hemos ganado un nuevo comienzo de los misterios de nuestras vidas. Desde entonces el Agente 007 no para de rebuscar. Por ejemplo, la familia está bien, de vacaciones en la playa populosa de Cullera. Y los amigos treintañeros se preocupan de las relaciones con el sexo opuesto mientras al viejo Jacob le ha dado por dedicarse a los niños necesitados de Biafra. Érase, pues, y por lo tanto, un país donde todo iba bien y por eso Cenicienta ya no es esclava de ninguna madrastra y la Bella Durmiente está a punto de recibir su beso…

Pero ¿qué hay de verdad en todo esto?. Mientras el Mago Potter ha crecido entre sus pases de magia y ahora es un adolescente que besa, en América del Norte siguen con el amor y el odio mezclados.

No se les pasa el temor. Ni a ellos ni a nadie mientras estén siendo dirigidos por ese tal Bush Jr. (Jr. son siempre, en Estados Unidos, los hijos millonarios de padres millonarios) y por eso ellos tienen la pesadilla de Bin Laden, Colombia la pesadilla de las FARC, España la pesadilla ETA y muchos pueblos del globo terráqueo sus parecidas pesadillas más o menos grises.

Mientras tanto, en un orfanato ha surgido el primer caso de robo de una cartera. Dentro de 10 años su hogar será la cárcel. Pero las ciudades siguen muy perifolladas haciéndose la “buena vida”. ¿Terminaremos alguna vez la frase que ya nos están actualizando?. Esa de la globalización mundial y la erradicación del hambre o viceversa…

Todo es ahora compra de tiempo. Nadie quiere morir sin haber vivido tiempo. Tiempo ¿de qué?. Tiempo ¿por qué?. Tiempo ¿para qué?. Nadie lo sabe. Ni tampoco el guionista de la “peli”. En el film que ya dura más de 7 años y medio no salen, para nada, ni las causas, ni las consecuencias, ni las previsiones ni los efectos. Sólo hay que vivir tiempo como David y Victoria Beckam. Todos corremos a vivir tiempo sin saber de qué, por qué ni para qué. Algo así, para ser más exactos, como Sara Montiel, Gina Lollobrigida, Elton John o los Rolling Stone todos juntos.

En nuestras ya largas vidas (casi 85 años de promedio en los países desarrollados) se saldan los precios como imposición para alcanzar el siglo XXII. Y lo compramos todo sin darnos cuenta de que en el siglo XXII no nos va a servir de nada porque, entre otras cosas, ya no estaremos vivos. Pero el caso es hipotecarse y llenarse de deudas que para eso está diseñada la vida moderna y… ¡eso sí!… a nosotros no hay quien nos gane a modernos.

La película continúa con sus misterios y el Agente 007 con sus imprecisiones. Ya no es como antes. Ya no es como en el siglo XX. Ahora parece que todos somos actores de la vida, actores que cantamos canciones llenas de humo para ir en contra de la Ley Antitabaco. En cada casa se celebra un culebrón de aquí te espero, una telenovela de no me levanto del sofá o un show de la vida rosa de La Rosa de España, la Camila de Inglaterra o la Pantoja y el Muñoz. ¡Qué mas da si nos influencian tanto el cerebro que terminamos haciendo de nuestras propias vida un Aquí hay Tomate pero Verde que te quiero Verde… lo importante es terminar siendo icono mediático políticamente correcto.

Por lo demás la familia sigue estando bien, veraneando como dije en la populosa playa de Cullera, mientras las pandillas solo se defraudan ahora a ellas mismas porque nadie les tiene miedo alguno ya. En la película los papeles a veces cambian sus roles y son ahora los pandilleros los que tienen un temor tremendo a salir volando por los aires. Cosas del Bin Laden, la ETA, las FARC y otros por el estilo. Bien. Nosotros seguimos en nuestro pequeño apartamento, con la familia en Cullera, reunidos con los amigos treintañeros que hablan de las relaciones con el otro sexo y, mientras tanto, el Agente 007 ya no sabe si combatir a Harry Potter o hacerse vudú en la jungla asfaltada de algún oscuro rincón de esta Tierra, de esos que todavía no tienen ni alcantarillado ni luz eléctrica ni por supuesto agua potable.

Dentro de 83 años, nuestros descendientes podrán descifrar, estoy casi seguro, qué significa esta filmografía del 007 en pleno siglo XXI.

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