Finales Tristes (1 era. parte)

Ella dijo:
-¿Te das cuenta? Donde se trabaja 8 horas diarias, necesariamente tiene que haber una buena relación entre todos, sino sería espantoso trabajar ahí. Es donde se pasa la mayor parte del tiempo. Y a veces ganando poco y soportando todo tipo de situaciones que nos son ajenas, pero que nos llegan.
Yo muy tristemente dije algo que por supuesto nunca se debe decir:
-Ahí comienza la destrucción de las parejas.
-¿Qué?
-8 horas diarias de nuestro mejor y más fructífero tiempo lejos del hogar, compartiéndolo con otras personas, comienza a construir puentes a otros mundos.

Con el tiempo risas, cuentos, alegrías compartidas, un; Que inteligente que sos; Que locura linda que tenés; Que hábil; Como la movés. Para después llegar a casa, poner los pies sobre la mesa del living, encender el televisor, ver el noticiero (desgracias de otros, alimento que devora) y escupir un; No me jodas, no me siento bien, mañana hablamos. Claro, mañana será igual que hoy.
-¿Pero no ves que sos un imbécil? Pero vos que comés, ¿mierda? Hay una pequeña palabra llamada amor, que quiere decir muchas cosas, y que se encarga de que nada de eso suceda, el amor es mágico. En tu historia no hay amor.
-Nunca dije que en ella existiera amor. Además, tampoco estamos muy seguros de qué significa amor. ¿Qué es amor? … ¿Es eso que a veces nos hace sentir grandes, que nos hace sentir que nos llevamos al mundo en un bolsillo? ¿O eso que otras veces nos hace sentir hormiguitas agonizantes, paradas frente a un enorme elefante? ¿Qué es amor? ¿Energía o falta de vida? ¿Vida o Muerte? ¿Un suspiro de placer o de dolor? ¿Qué es amor? Millones de poemas y canciones quieren explicarlo y aún no se ponen de acuerdo, el concepto todavía aún no nos queda claro. ¿Qué es amor?
Ella hizo un pequeño esfuerzo por comenzar a hablar, no se esforzó mucho. Yo, por supuesto ya había comenzado a hablar, no podía detenerme, no era muy consciente de mis palabras, pero a mis oídos sonaban mal. Ella parecía sufrir. Eso me alentaba a seguir.
-¿Cuántas veces no has dicho; Te amo; Te amaré toda la vida, con ojitos tiernos. Para después, años más tarde cruzarte de frente con quien prometía ser el amor de toda tu vida, sin sentir las ganas de pararte a saludar por no tener nada nuevo que decirle.
-Tienes una habilidad demasiado grande para mostrarme finales tristes ¿Sabés qué? Creo que no amas tu vida y tu mundo, y por eso intentas destruir las vidas y los mundos que te rodean. Tienes poco amor para dar.
El golpe me pegó muy abajo. Si, tal vez tuviera razón. Tal vez debería pensar mejor mis palabras, tal vez estaba equivocado. Hablar por hablar, es mejor callar; no dar el brazo a torcer, eso es algo muy humano.
-No, no pienses eso, jamás. Yo siempre me preparo para lo peor, así cuando viene pequeños malos momentos, en vez de miedo, me dan risa.
-Lloras demasiado para reír muy poco.
Debería sugerirle algún día escribir un poema juntos, me gustaban sus palabras.
-El llanto es el alimento del poeta -argumenté.
-Pobre poeta, morirá muy joven y muy triste.
Mierda. Estaba perdiendo el control. El que tira la bomba, no debe correr jamás, deberá quedarse ahí para controlar la explosión. La bomba era mía, la explosión buscaba dueño.
-Y… ¿si cambiamos de tema? ¿En que estábamos? Ah, el amor, el amor, el amor es extraño, ¿yo que sé?, yo sé que te amo, y te amaré toda la vida, minutos antes de morir sabré realmente si te amé toda la vida. Eso es todo lo que podemos prometer -dije seriamente usando todo mi potencial.
-No hace falta prometer, no hace falta decir nada. Cada paso trae otro paso, y las caídas son sólo paradas para aprender a caminar mejor.
La miré directamente a los ojos. Hace mucho que no miraba a nadie a los ojos, tal vez para no descubrir bazofia ajena o tal vez para no mostrar mi propia mierda, ¿quién sabe? ¿Quién sabe qué oculta realmente el alma?
Ella también me miró a los ojos. Esto se estaba transformando en una escena de amor, pensaba que esto sólo sucedía en la televisión o en los libros. Sólo faltaría que nuestras labios se fueran acercando unos a los otros solos, sin intervención de la mente, para que esto fuera hermoso, natural.
-Ni sueñes con un beso, yo voy despacio -dijo ella.
-Cada uno tiene sus propios tiempos, yo estoy listo.
-Eres hombre, te enseñaron a siempre estar listo.
-Y tú eres mujer, te enseñaron a ir despacio.
-Que triste.
-Si, es triste. Lloremos o hagamos un minuto de silencio.
Ella desapareció camino a la cocina diciendo:
-En el armario hay un grabador, a la derecha están los discos, poné música, yo haré algo de comer.
Puse algo de música. Escuchaba el ruido que llegaba de al cocina y pensé que debería estar contento porque al fin y al cabo tenía una mujer en la cocina trabajando para mi. Necesariamente debería sentirme feliz, porque para eso me educaron, para eso me mandaron a los mejores colegios. Pero me preocupaba más el hecho de que después de comer yo tendría que lavar todo lo que ella ensuciara. Así me educaron después. Fui corriendo hasta la cocina y le dije:
-Escuchá, no te compliques, hacé algo simple. No hace falta que ensucies nada. Algo simple y rápido.
Si lograba evitar que ensuciara muchas cosas, no tendría que lavar nada ya que por unas pocas cosas sucias no se iba a molestar en pedirme que yo limpiara. Mis pensamientos siempre son audaces.
-Ah no, yo iba a hacerme algo para mi -dijo-, si querés podés prepararte algo. No hay mucho pero es todo tuyo. Eso si, dejá todo limpio.
-¿En que año naciste?
Parecía de mi generación, pero había aprendido muy bien los cambios generacionales. Yo estaba desactualizado y poco informado. El mundo cambiaba, y nunca me explicaron que lo que antes era ley, hoy es ley vieja. Los cambios devoran años y años de errores. Bueno, los errores también devoran años y años de cambios. Bueno, si lo vemos desde el punto de vista de que…
-Nací hace algún tiempo. ¿Pero que importa el tiempo? ¿Qué es el tiempo? -respondió y me preguntó.
-¿Numeritos y palabras creados para vender almanaques?
-Buena definición. ¿Dónde la aprendiste?
-La inventé ahora. Y puedo ser aún más loco. Puedo inventarte un cielo azul. ¿Sabías que nuestro cielo en realidad es negro con puntitos brillantes?
-¿Cómo de noche?
-Como de noche. Lo que pasa es que el día llega para llenarnos de luz. Es una ilusión. Para lograr que nos detengamos y que nos asombremos por lo que nos rodea. Claro que ahora tenemos poco tiempo para detenernos y asombrarnos. Ahora todo nuestro tiempo lo invertimos en comprar relojes para administrar mejor nuestro tiempo.
-Me perdí en el final, venías bien. ¿Sabías que tus finales son siempre tristes?
-Me preparo para lo peor.
-¡Otra vez! ¡¿Y si lo peor no llega?!
-Entonces, seré feliz.
-En el final.
-Me reservo ese momento para mi, me pertenece. Sólo entonces puedo reír realmente.
-Bla, bla, bla, bla, me cansa tu bla bla. Un poeta amigo un día escribió: Si no tienes nada para decir, lo mejor es quedarse callado.
-Buen pibe.
-Buen pibe. Eu.
-Si, si. Buen pibe.
-Hagamos silencio un momento, disfrutémoslo.

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