Fotografíando la madrugada

Había frío y antes de dormir al despertar el gallo me asomé a la ventana y la vi, aprovechando ese momento magistral de vida, para capturar la belleza de su espalda, que me mostraba inadvertida.

Huyó. Detrás de unas ramas lejanas escondió sus caderas, tímida al lente y al sonar de mi diafragma. Redonda y hermosa cara imperfecta, hoyuelos arcaicos dueños de mil misterios, cremosa reina de la noche, ojo nocturno de Dios. Mantequilla era tu color, parada en medio de toda esa ausencia y vacío, me viste en mi ventana, recubierto del frío y te marchaste con vergüenza.
Ya han sido varias las veces que corres por el cielo alejándote de mi enfoque. Pero sé que volverás a estar ahí, en la cúpula azul, y distraída te tomaré por sorpresa, porque eres bailarina de las horas, mi acompañante silenciosa.

3 comentarios sobre “Fotografíando la madrugada”

  1. Veo que eres tan aficionado como yo a contemplar la luna. Estos días pasados ha habido una magnífica… yo, aunque vaya distraída por la calle hablando con mis amigos, siempre reparo en ella. Y si estoy sola en casa y me asomo a la terraza, me abstraigo mirándola.

    Un bonito texto que sale de las manos de un aficionado a nuestr satélite. Gracias, Hacaria.

    Besos.

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