Fragmentos de vidas

<< Mamás >>

En un parque juegan unas criaturas de gran imaginación, tal vez de corta edad…
El calendario de la pared manda festividad semanal.
Agradable la temperatura, quizás sea la primavera.
Las madres observan y atienden, evitan conversaciones banales.
Unas palomas bajan de arriba..
El Sol no se detiene. Sigue avanzando.
Por allí cerca, en algún segundo primera, ya hay una merienda preparada…
Más tarde vendrá la Luna, la que se descubre y se queda en blanco.
“La que está blanquita de no tomar el Sol”

<< Una pareja>>

Begoña estaba sentada en la cafetería de Sara, hacia poco que se conocían. Se conocieron a raíz de vivir en el mismo bloque de pisos.
La cafetería al ser una planta baja disponía de un patio con mesas.
Aquella mañana los dioses y las diosas del viento habían decidido pasearse por la zona, la temperatura era agradable, suave, confortable.
En plena conversación aparece en el patio un joven de elevada estatura,en medio del patio, vaciando el contenido de una cafetera en las profundidades de una taza blanca. Lo hacía con lentitud y certeza, como una obra de arte entre quieta y dinámica. Aquel hombre ni pestañeaba…

Begoña puso cara de … Bajando un poco el volumen de su voz e intercambiando miradas entre el hombre y su desconocida amiga: ¡Que camarero más raro! ¿porque hace eso?.
Una voz con la respuesta se manifestó: ¡Le gusta ver como el vapor del café saliente y caliente danza con la suavidad del viento!
Begoña ponía cara de curiosidad y de perplejidad, como si de aquel arte no se hablase nunca.
¡Sara!… ¿y quien es? ¿trabaja aquí?
Sí, es mi pareja. Y padre de mi hija.

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