Transmiten la Fórmula 1 entre insoportables anuncios inoportunos.
Somos muchos los aficionados a la Fórmula 1 que quincenalmente tratamos de seguir las carreras entre anuncio y anuncio. Precisamente lo más interesante en los circuitos suele suceder en los inmensos intervalos de publicidad. El reventón de la rueda trasera de Fernando Alonso o la evacuación en ambulancia de Ralf Schumacher en el G. P.
Indianápolis se han producido exactamente cuando nos esforzábamos en adivinarlo a través de una minúscula ventana en la pantalla con la que Telecinco nos desprecia, mientras emiten sus interminables secuencias de fastidiosos anunciantes cuyos productos hemos aprendido concienzudamente a detestar.
Sugerimos que difieran la transmisión cinco minutos de modo que sepan en qué períodos no sucederá nada relevante, o mejor que utilicen sobreimpresiones en una banda inferior publicitaria que no impiden seguir el desarrollo de la carrera, al igual que en el sacrosanto fútbol que no interrumpen con importunos anuncios durante los goles. Por mi parte, me borro para siempre de volver a ver por este canal de televisión esta modalidad deportiva que podrían rebautizar como Fórmula hay (o ¡ay!) Uno en la pista al que le ha pasado algo, mientras los demás nos quedamos en ayuno.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
www.mikelagirregabiria.tk