Hoy he madrugado. Puse el despertador a las seis de la mañana; y a las siete en punto me encontraba saliendo por el portal, camino de mi centro de trabajo.

Hace una mañana estupenda en Madrid (unos doce grados de temperatura) y una brisa suave y fresca me saluda en mi primer contacto con la calle.

Estamos en la que en Madrid se denomina “Semana de San Isidro”, semana de fiestas y de importantes eventos (corridas de toros incluidas), y en la ciudad se palpa un buen ambiente, a pesar de la famosa “crisis”.

Como decía, salía del portal cuando me he encontrado con Santos;un amable vecino de escalera y piso, hombre felizmente jubilado, al que le gusta madrugar y darse un garbeo mañanero antes de desayunar. Le acompaña su perro, un bello ejemplar de pastor alemán, al que muy pomposamente llama Nerón.

-Hola Victor, ¿qué? a la tarea diaria.

-Pues si Santos, a la faena, hasta que me llegue la ansiada jubilación y pueda dedicarme, como tú, a pasear y disfrutar de la vida.

-Bueno, ya sabes que yo soy como las gallinas; me acuesto muy temprano y me agrada levantarme en cuanto empieza a clarear el día. Pero no te preocupes hombre, que también a tí te llegará el deseado retiro. Por cierto, ¿quién ganó ayer la final de la copa? o tú tampoco viste el partido.

-Si, claro que lo vi, fue un encuentro entretenido y con goles, de los que hacen afición.

-Ya, pero ¿quién ganó?

-Te diré que se vio un partido con dos estilos de juego totalmente diferentes, En el conjunto vasco predomina la fuerza y el coraje, aunque no están exentos de técnica. Por contra, el equipo catalán sobresale por una técnica exquisita, no exenta de pundonor. Juegan con la precisión de un reloj, actuando como una maquinaria perfectamente engranada, y que apenas presenta fisuras.

-Ya, ¿pero quién ganó?

-Mientras hubo fuerza, esta se imponía, pero la técnica y el orden son muy importantes en el fútbol moderno….

-Bueno, ¡no te enrolles!, ya veo que no me vas a decir el resultado, asi que ahora mismo me vuelvo a la calle a comprarme un periódico, será la única forma de que me pueda enterar del resultado.

-Espera Santos, espera, te diré quien ganó. ¡¡GANO EL ESPECTACULO!!, nada mas y nada menos; y todo ello a pesar de un impresentable y energúmeno espectador que lanzó un bote de refresco desde la grada, acertando fatalmente en la cabeza de uno de los jugadores. Estuvo a punto de aguar la fiesta, pero afortunadamnte las aguas volvieron rápidamente a su cauce.

-¡¡Serás mariconazo!!, al final me voy a tener que gastar 1,20 euros en la compra del periódico.

-Hasta luego Santos, y que disfrutes de este hermoso día.

Soy un poco “cabroncete”, pero a la vuelta del trabajo pasaré por su casa y le regalaré un buen puro “farias”, de los que a él tanto le gustan, para resarcirle del desembolso efectuado en la compra del diario.

Y esto es todo por hoy, saludos y hasta la próxima.