El Espejo

Marta ha salido de casa malhumorada sin ganas y no consigue centrarse. Arrastra pesadamente los pies como cada día, baja los escalones de la estación del metro en hora punta y la mochila que carga a sus espaldas le pesa tanto como su propia vida.

Oye como se acerca el tren apoyada en la pared, indiferente al resto de la gente que se agolpa en el andén; sus ojos verdes no fijan la mirada en nada en concreto, ni realmente hay nada que capte la atención a su alrededor.

El calor empieza a marearla, un sudor frío empapa su frente y la mochila se clava en el suelo mientras cae como una marioneta rota, ya no puede más. No es consciente del jaleo que se forma a su alrededor, alguien moja su frente y nota el agua como se desliza hacia su cuello mientras el mundo vuelve a desaparecer de su vista.

Hace tiempo que decidió matarse poco a poco, busco ver su felicidad reflejada en mí, estaba segura que en algún momento yo se la mostraría. Marta quería ser maravillosa desde la talla 36, creía que enfundarse en esos pantalones, le abriría las puertas de su autoestima, que los que la rodeaban la querrían mas, pero se dio cuenta que no era suficiente.

Fue bajando de peso, esperando que yo le mostrara por fin la felicidad que estaba buscando. Por el contrario sus fuerzas le fueron fallando, su cuerpo decidió abandonarla en esa búsqueda y la angustia paso a invadirla siempre que miraba mi reflejo.

Me dijo que notaba la mirada de la gente por la calle y que tenia la sensación que traspasaba su ropa y que descubrían todas sus debilidades. Yo la esperaba en todas las esquinas, intentando devolverle en los escaparates, la imagen que ella deseaba, esa seguridad que nunca alcanzaba ver reflejada.

Ahora desde la habitación del hospital, la miro de reojo desde el baño, y tengo miedo que se levante y venga a mirarse, porque no tengo nada que ofrecerle, ya que busca algo en mí que no puedo devolverle.

3 comentarios sobre “El Espejo”

  1. Hasta el espejo sufre por ver como se va matando poco a poco.
    Magia hay en tus manos para llevarnos hasta ese final tan sorpresivo que impones en todos tus relatos.

    Un abrazo Taber!!

  2. !Excelente realto Taber!. Sensacional de verdad. !Qué honradez literaria llamo yo a textos tan hondos como éste!. Lo que se busca en el interior de una lama humana es lo que acabas de expresar. Taber. Chapeau y un abrazote amistoso.

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El espejo

VOZ 1: ¿Has visto a ese tipo gordo de allá?

VOZ 2: ¿Pero que coños hace?

VOZ 1: ¿Está loco? ¡parece que no tiene madre! ¡Va encabritado por el mundo y nada de nada, que nadie le dice nada!

VOZ 2: ¡Detengan a ese tipo! es una amenaza. ¿Pero es que no le da vergüenza?

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