Granados

Estoy escuchando un CD con las Danzas Españolas de Granados. Aún cuando siempre se le cuenta entre los grandes compositores de música clásica española, parece que va un poco a remolque de Falla y Albéniz. Quizá sea por su carrera truncada cuando aún podría haber tenido la ocasión de componer grandes obras, pero eso nunca lo sabremos, porque murió sin haber llegado a cumplir los cincuenta años.

Su obra, claramente nacionalista pero con visos de neo-romanticismo, nos llega como un aliento lleno de frescor a la par que de profundidad. Parece que, a pesar de ser leridano, su principal inspiración le venía de Andalucía, cantada por él de forma insuperable en su Danza número 5. Escucharla una vez, a la caída de la tarde, caminando por el dédalo de callejas de la Judería de Córdoba, me resultó demoledor.

Aunque mi afición por Granados sea algo tardía, ya que desde siempre mi preferida ha sido la música de cámara, se puede decir que le he “descubierto” no hace mucho y he procurado ahondar más en su vida y en su obra. Su figura me resulta doblemente interesante porque tuve contacto, ya a los siete años, con su hijo, llamado Enrique como su padre, que debía ser mayor que mis padres. Oí comentarios de estos sobre el compositor, que se ahogó junto con su esposa en el buque Sussex, torpedeado en el Canal de la Mancha por un submarino alemán, cuando regresaba después de su triunfo en Nueva York con su obra “Goyescas”. Después he sabido que Granados, que sentía pavor por los viajes en barco y siempre los había evitado, se ahogó por salvar a su esposa en la que sería su única travesía, a muy poca distancia de la costa.

Me impacta mucho, al ver las diferentes biografías que sobre el compositor hay en Internet, el parecido que guardaba su hijo con él. Salvando el enorme bigote, que debía ser la moda en la época (yo tengo fotos de antepasados, a los que no he llegado a conocer, con un bigote semejante), sus caras son prácticamente iguales. Se decía que prometió dedicarse a evitar que lo que les había ocurrido a sus padres les sucediera a las nuevas generaciones, hizo exhibiciones de cómo flotar en muy diferentes posturas, incluso leyendo un periódico. Fue mi primer entrenador, y desde aquí quiero hacerle un homenaje

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