Hace cinco años

En malla de fuego me enredé hambriento.
Quise morder decidido y fui mordido.

El pez sin aliento colea contento.
Ya lejos del río comenzaba el frío.

Cruda red de invierno, locura de hielo.
Arde el corazón y se pierde la razón.

Delicadas garras, segura mirada.
Es cera. Fría, dura, caliente, quema.

Limó mis escamas su aspereza helada.
Escarcha en la grieta; sangra, nunca cesa.

Al agua de nuevo, malherido vuelvo.
El latente dolor, me hace sentir mejor

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