Has dejado de doler.

Hace tiempo aprendí que esos “para siempre” nunca son tan largos y esos “nunca más” nunca se cumplen. Aprendí que cuando te paras a pensar si quieres a alguien, es que has dejado de quererle para siempre. Aprendí que sin amor no se puede ser feliz, pero con él tampoco. Aprendí que no hay nada mejor que la distancia para olvidar para siempre a alguien, y que en el amor una persona es capaz de remplazar a otra. Aprendí que los besos que se sienten en el corazón, se graban en la mente. Aprendí que la gente entra y sale de tu vida continuamente pero que pocos dejan huella en ella. Aprendí que quiero un corazón de hielo, y que se funda en el momento que sienta algo por ti. Aprendí que todo el tiempo que pasé contigo fue tiempo perdido, nunca ganado.

Aprendí a respirar el aliento de otros labios y el calor de otros brazos que no fueran los tuyos. Aprendí que mi corazón falla más que una escopeta de feria. Aprendí que la mentira no se puede esconder debajo de la alfombra y aprendí a convivir con ellas. Aprendí que tres de cada dos palabras de tu boca eran mentira, y que la verdad duele una vez pero la mentira duele para siempre. Aprendí a ser feliz sin ti, o por lo menos a fingirlo. Aprendí que la vida ya te da palos de por si, y que no hay que ser tonto y darselos uno mismo.

4 comentarios sobre “Has dejado de doler.”

  1. Hola Alejandra: A veces aprendemos tantas cosas que sólo nos queda, en la realidad, las que importan. Las otras, las que dolieron en su momento, se quedan en el baúl de unos recuerdos que ya no duelen de tanto haber pensado en ellos. Yo aprendí que el amor es lo que de verdad me hace, me convierte, me supone ser hombre… y eso es lo único que ya nunca olvido…

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