Historias de una guerra.

Contaba la historia de un viejo amigo, de aquellas montañas, allá donde nació, que una mañana tras días de guerra, hasta el mismo sol , enemigo de la oscuridad, trajo bajo su piel el fuego de la vida.

Contaban relatos del ayer, que tras los viejos escombros, manos alzadas sostenían el aliento para el desamparado..

Y un día, escuchando a ese viejo y gran amigo, me pregunte:

¿Por qué no vieron amor allá donde el hombre lo pidió?.

Pero la razón rota por el poder no entendía de amagos por querer.

Habían niños vestidos de cenizas, vestidos de amargo sabor, pero jamás se vio al niño bajo el dolor de las mascaras enfurecidas, que supieron entender que la vida…vida es.

Contaba….

Que no eran enfermos los aquejados, que no eran felices las risas, que nada era bajo el control de las armas, que ya no se distinguía entre el bien y el mal, que los coros de voces suaves tendrían que saber esperar.

Y hoy…hoy calló en el olvido.

Nada parece haber pasado, mas se escuchan a otras tierras gritando por no entender.

No amigo no, no soy tan vieja como tu, no recuerdo el fuego ardiendo en mi ciudad, ni recuerdo aquella mirada perdida mirando al espesor del humo.

No, amigo, no intentes tu olvidar, ni calles el ayer.

No imites a la visión tardía que esperó la protección de un nuevo día.

Contaron, que mil armas atacaron sin piedad, que ninguna se detuvo frente al asombro asustado.

Contaron que ayer, una y más guerras hubieron, y que ninguna enseñó tanto a la fiera del odio que hoy, aunque parezca mentira… continúa existiendo.

Y cuando el mundo explote… nada de esto habrá pasado.

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