Homo Teatralensis

Hoy puedo contarlo con palabras.

Cuando, bajo el sol ardiente, contemplaba a los buitres volar haciendo círculos en busca de algún animal muerto y a los pavos reales exhibir pomposos sus plumas, mientras olía el aroma de las flores que tanto atraía a las abejas; sintiendo que la vida en la llanura me rodeaba por completo, entonces desde aquella piedra, imaginé un gran misterio: a mí, observando en silencio. Y comprendí algo que ya sabía, que yo no estaba viendo a esos seres, como esos seres a mí me veían.

3 comentarios sobre “Homo Teatralensis”

  1. Efectivamente el ser humano esta por encima en cuanto a capacidad de vision. Mientras los animales ven, nosotros vemos, miramos, observamos y valoramos. Estas, junto con otras muchas capacidades de nuestro cerebro, son las que nos hacen estar un escalón por delante, de los demás seres del reino animal.

    Un saludo.

  2. Los animales miran, los humanos, además de mirar, vemos… quizás ahí estriba la imaginación de tu misterio. En el silencio podemos comprender ciertas cosas que rebosan en la vida llenándonos de meditación. Un saludo.

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