Dormida está la ciudad
bajo la luna risueña,
mi alma riela
y sueña.
Un hoja cercana
vuela
y doña cordialidad
vela.
En la oscuridad
arde la candela
y bajo la cancela
de la vecindad
la serenidad
se cuela.
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Totalmente descriptivo y amablemente relajante, muy musical y bello el poema.
Siento que me llega la serenidad, y con ella el sueño.
Un saludo.