Huele a pan, huele a pueblo.

La panadería de mi pueblo
huele a leña,
huele a sudor,
huele a noche de silencios.

A trabajo en soledad
de ese pobre panadero
amasando con sus manos
el mejor de los alimentos.

A noche de radio encendida
como único compañero,
a dulces artesanales
elaborados con esmero.

La panadería de mi pueblo
huele a pan recién hecho
en horno antiguo de leña
con sabor a tiempo añejo.

3 comentarios sobre “Huele a pan, huele a pueblo.”

Deja una respuesta