IMAGINACIÓN ATRAPADA (IV)

A las nueve de la mañana, empezaron a llegar los alumnos acompañados por los padres o parientes de éstos. Venían de diversos lugares, algunos de muy lejos, la mayor parte eran de Barcelona. Al bajar, algunos niños se saludaban y hablaban efusivamente de sus vacaciones.
-Estos son del curso anterior- pensó.
Los había tan perdidos como él mismo, miraban todo con ganas de llorar. También llegaban vehículos particulares. El patio de entrada se llenó de fiesta, consejos, saludos y elogios, todo a gritos como si fuera el principio de una batalla.
Un niño no quería soltar la mano de la madre, costó casi media hora calmarle, pero la tensión quedó flotando.

Los sacerdotes daban la mano a cualquiera que encontraran a su paso, y parecía que prometían o que vendían algo.
A Miquel le pareció muy triste, veía a las familias muy distantes, querían acabar cuanto antes y volver a sus casas.
Los chicos tendrían que convivir juntos, adaptándose a unas nuevas reglas. Cuando empezaron a desfilar los coches y autocares, todos quedaron mirando el polvo que dejaban.
A los muchachos los llevaron al aula que les correspondía y se hicieron las presentaciones de rigor.
Comenzó el curso con normalidad, los días empezaron a acortarse, oscurecía demasiado rápido, a juzgar por los alumnos, este hecho les quitaba horas de juego al aire libre. Otro tanto ocurría con el frío, que se tornaba cada vez más intenso y les obligaba a refugiarse al amparo de cuatro paredes.
Los muchachos paseaban sus ilusiones bajo gruesos jerséis, abrigos, bufandas oscuras y guantes babosos de sonarse la nariz.
A Miquel no le costó demasiado, granjearse el afecto de sus compañeros, ni de los Padres y Hermanos que eran sus profesores en materia escolar y espiritual. Aunque con ellos, con los mayores, siempre fue un poco esquivo. Entendía que no compartían su mundo.

Un comentario sobre “IMAGINACIÓN ATRAPADA (IV)”

  1. He leido con mucho interes este y los anteriores capítulos de tu relato , mi marido de pequeño estuvo internado en un colegio de huérfanos en Avila primero y después en Madrid , su periplo por esos lugares es casi idéntico a lo que tú relatas , me he enganchado a ello ya que la historia es tan similar que parece que lo que el me explicó de viva voz tú lo has escrito aquí …espero con expectación los siguientes capítulos .
    Un saludo vorémico Kim

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