Con la misma impaciencia,
con el verso escondido, tras un doblar la esquina,
regresas para hablar de lo que el corazón desea.
Y vea como se vea
ese ejercicio de inconstancia
no oculta la elegancia del verbo que es verbo
y algo más…palabra en el infinito.
Quise escribir en el silencio dado,
otorgando vida a cada suspiro,
respirando la insostenible oscuridad de lo callado.
Si he encontrado paz, bien sea para compartir
entre horizontes rotos y vidas dobladas.
No recorro curso alguno, ni de río ni de mar,
porque callar lo ya dicho es glosar.
En medio de los adioses, donde cultivamos las perlas
del mejor adjetivo, escribimos por ser vida,
y callamos por ser vivos.
Más allá de unir este poema a otros muchos,
está el acto voluntario, el juego imaginario de regresar,
a la posada, al portal de los cuatro vientos,
a la permanencia cuidada, con el mismo afán
que el sentimiento
o la mirada.
En esas tardes, sucumbiendo a los murmullos,
rozo las yemas de mis dedos entre los versos perdidos,
los capullos de flor que nada saben,
y el rito ancestral de cada atardecer
entre quietudes suaves.
3 comentarios sobre “INTERLOCUTORES MUDOS”
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Me gustó este poema, amigo Grekosay. Tiene intensidad dentro de su contenido. Hallo siempre restos de un poco de nostalgia en tus textos pero, sobre todo, encuentro maneras de poder filosofar sobre nuestras vicisitudes, a veces silenciosas y otras veces girando dentro de la oratoria mesurada, la vista puesta en cada palabra medida para acertar con las ideas apropiadas. Me gusta eso de “Regresas para hablar lo que el corazón desea”, “escribimos por ser vida” y “en esas tardes, sucumbiendo a los murmullos, rozo las yemas de mis dedos entre los versos perdido” porque me identifico, muchas veces, con esos pensamientos o decires o sentires verdaderos. Un abrazo y feliz regreso, amigo Grekosay.
Amigo Diesel:
No podemos negar la voluntad del corazón en sus retornos. Existe un espacio donde se define la palabra como evocación nostálgica, y en Vorem siempre hallé la anónima presencia de corazones cargados de palabras. Muchas gracias por tu comentario. No dejo de sentir, y es condición humana ser fieles a esta extraña voluntad de la vida de transformar lo vivido en expresión de sentimientos. Un gran saludo.
Sabes que siempre te he considerado un verdadero compañero y un gran amigo de Letras sean cuales sean nuestros puntos de vista y nuestras opiniones. Así que nunca te detengas en este Arte de escribir para quienes nos quieran leer.