Invitación (13)

Quien se había presentado ante él era el anciano de las barbas blancas cuya voz había surgido del retrato de la planta baja de la biblioteca. Sintió una especie de deseo por marcharse de allí, pero una fuerza magnética lo dejaba inmóvil…

– ¿Quién es usted?.
– Me llaman Menésh porque soy el fundador de la Biblioteca Memphis. Mi otro nombre, el de los documentos oficiales de mi natalidad y mi presencia en esta vida no importa.
– ¿Qué tiene uted que ver conmigo?. ¿Cuál es el motivo porque se presenta ante mí?.
– No tengas miedo. El miedo destruye a las personas.
– No es miedo, sino inquietud…
– Escucha. Desde que te vi llegar a Memphis supe que eras un hombre muy especial, un joven ávido del conocimiento adquirido por los caminantes. Cuando me cercioré de que no eras un simple buscador de experiencias sino algo mucho más, pude penetrar en el interior de tu pensamiento. Por eso te hablé a través del cuadro y por eso entraste en un profundo sueño. El sueño nos puede guiar a la muerte o nos puede guiar a la vida… depende de nosotros mismos.
– ¿Y esas piedras formando el número doce?.
– El número 12 es de los caminantes. El número 12 significa mucho para entender lo que vemos, comprender lo que experimentamos y asumir lo que sentimos.
– No entiendo.

El anciano se sentó entre las piedras y continuó explicando…

– El 12 significa tu unicidad y tu duplicidad.

Se hizo un breve silencio. No sabía exactamente si marcharse de allí y no hacer caso a aquel personaje que parecía salido de la niebla anterior o quedar para seguir escuchando. Decidió que quizás fuese importante seguir un momento más…

El 1 es tu unicidad. No todos los seres humanos son únicos. Solo lo son aquellos que, como tú, quieren experimentar la autenticad del “camino”. Eso es lo que te hace único e irrepetible. Hace que no haya habido nadie como tú y que no habrá nadie como tú si eres capaz de encontrar respuestas válidas a tus incursiones.
– ¿Y el 2?.
– El 2 simboliza tu duplicidad. Eres unívoco pero tu yo es doble. Tienes un yo exterior y un yo interior. Si de verdad quieres profundizar en el “camino” no olvides nunca que lo que veas y lo que actúes será la experiencia externa de tu personalidad… y lo que sientas y pienses será el desarrollo de tu yo interior. Ambas cosas son las que te harán evolucionar…

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