Paul subió a su habitación con enormes deseos de dormir pero no podía. Recordó los acontecimientos del día de manera conturbadora. Se levantó de la cama, tomó una pastilla e intentó comenzar a dormir. Nada. No podía. Se volvió a levantar. Bajó al vestíbulo y allí hojeó lentamente el libro que traía de la biblioteca. Después recordó nuevamente la Invitación a çl Salón Tesauro del extraño anciano Manésh. Miró la parte trasera de la cartulina. Allí estaban los dos cuartetos que le hablaban de un cosmos urbano por recorrer. Y de nuevo el número 12 penetró en su conciencia cuando observó que los cuartetos estaban compuestos por versos dodecasílabos. ¿Qué significado tan esencial tenía ahora el número 12 en su vida?. Aquel número le tenía inquieto. Miró el reloj. Eran las doce de la noche. Entonces quedó dormitando pensando en el frutero de la alcantarilla y el perro de plata. Aquello que de tan mal humor le habían puesto. Se acercó el recepcionista del King’s Cottage y le tocó levemente el hombro. Despertó dando un respingo. El recepcionista le entregó una carta. !Era la letra de Bianca!. Hacía cinco meses que había desaparecido de su vida y de la de todos sus familiares y amigos. Ahora tenía la obligación perentoria de encontrarla. Ella era importantísima para él. Abrió lentamente el sobre…