Invitación (32)

– !Suelta eso, Argente!. !Vámonos Peter, antes de que llegue la bofia!.

Los dos amigos y el perro de plata tomaron las calles del interior. La respirtación se hacía asfixiante y angusitosa. La atmósfera estaba contaminada de gases putrefactosa que salían de una fábrica de desechos animales. Tuvieron que ponerse las mascarillas para salir de aquel enjambre de calles retorcidas e introucirse en un callejón oscuro.

– ¿Estás seguro de que no era el padre de Bianca?.
– Seguro. El padre de Bianca vive en una pequeña aldea de Toscana,
– ¿Cómo sabes eso, Peter?.
– Al menos es lo que me contó Bianca, aunque…

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