Estaba nervioso, la tensión se notaba en el ambiente… tanto que se podía cortar con su cuchillo, intentó tranquilizarse un poco, no podía.
Palpó rapidamente en el suelo, mientras oía que los pasos del agresor se acercaban cada vez más, Paul notó algo… ¡Eran latas!, dos pequeñas latas de conserva oxidadas y abiertas.
Intentó agarrar una, cortándose los dedos de su mano zurda, mas no podía gritar, el hombre gigantesco estaba bastante cerca.
Notaba que su mano sangraba abundantemente, no obstante cogió una de esas latas y la lanzó al lado opuesto de la travesía…