La belleza del fuego

No era la luz del fuego
ni la bendición de contemplar
sus hermosas llamas
había algo más.
No era la visión del fuego
que de él pude apartar la mirada
y alejándome paso tras paso
le volví la espalda.
No era soledad
que yo no estaba sola

un vacío me acompaña
no era soledad
si no ausencia.
Era calor… su calor
lo que de él añoraba
pues sentí frío en la distancia.
Qué el fuego abrase mi cuerpo!
que nadie más después de él
pueda comprender quién soy,
quiero dejar de ser
quiero ser nada
morir…y renacer
renacer en sus llamas.

4 comentarios sobre “La belleza del fuego”

  1. El oro es probado al fuego Nocturna!!.. y estoy seguro que vos renacerás y que muchos podemos hacerlo también cuando nos llegue el momento de soledades, de tempestad, de abatimiento. Disfrute tu poema.. y el animo de seguir adelante con pincelazos de aprendizaje, 🙂 saludos a la distancia nocturna,

  2. Hola Nocturna. Muy bueno tu texto pero yo te pregunto ¿podemos ser nada?. Imposible porque todos somos parte de todos. Un abrazo cordial. Me gustó eso de ¡Que el fuego abrase mi cuerpo!. Es señal de que sientes.

Deja una respuesta