Me encuentro en Quito (Ecuador). Hoy es día 26 de diciembre del año 2011 después de Jesucristo. Importante saber esto de Jesucristo. Pues bien, resulta que, según el gobierno ecuatoriano que preside Rafael Correa, el precio de valor público (PVP para quien lo entienda) tanto para nacionales como para extranjeros y al igual que sucede en España, de la cajetilla entera de cigarrillos Philip Morris es, en toda la República de Ecuador, de 2 dólares con 20 centavos de dólar (y la media cajetilla, por lo tanto, es de 1 dólar con 10 centavos de dólar).
Mi gran amigo Eduardo, desde hace bastantes años ya, aprendió de su padre a ser un hombre trabajador, honesto y sincero. Tanto él como su esposa me venden la cajetilla entera de Philip Morris (de 20 cigarrillos en total) por el precio justo y razonable (según lo estipulado por el gobierno ecuatoriano tanto para nacionales como para extranjeros) de 2 dólares con 20 centavos de dólar (como hace también mi amigo Wilson de hace bastantes años); pero mira por dónde siempre hay algún “chisgaravís” de esos que se creen más hombres porque se suenan los mocos con las mangas de la chompa, que creen que ellos han descubierto la pólvora. En palabras directas y según demuestra la verdad, el hijo de Eduardo (que no ha salido todavía más allá de los alrededores de Quito) se cree más Papa que el propio Papa y me vende la misma cajetilla entera de Philip Morris (20 cigarrillos exactos) por el precio inexacto de 2 dólares con 40 centavos de dólar. ¿Cómo es posible que la cajetilla entera que vale exactamente 2 dólares con 20 centavos de dólar me la venda el hijo de Eduardo por el precio inexacto de 2 dólares con 40 centavos de dólar? La doiferencia de precio parece lo de menos pero si ustedes multiplican 20 céntavos de dólar por cien cajetillas enteras (20 cigarrillos exactos) de Philip Morris… ¿cuántos dólares se mete en su bolsillo el hijo de Eduardo sin que se den cuenta ni su padre ni su madre ni tampoco su abuelo que sí son personas honradas?. El cálculo es sencillo. Se embolsa, sin que crea él que no nos damos cuenta los clientes nacionales o extranjeros, un total de 20 dólares exactos por cada 100 cajetillas enteras de Philip Morris que vende cuando no están presentes ni su padre, ni su madre, ni su abuelo.
El verdadero problema no es eso de guardarse a escondidas esos 20 dólares exactos sino que quienes empiezan así acaban por no llegar a ningún lugar importante. ¿De verdad se cree el hijo de Eduardo que me está engañando cada vez que me vende la cajetilla entera de Philip Morris (20 cigarrillo en total) a 2 dólares con 40 centavos de dólar cuándo, según lo establecido por el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa el precio exacto, tanto para nacionales como para extranjeros como sucede también en España, es de 2 dólares con 20 centavos de dólar?. Insisto en que existen niñatos que se creen que han descubierto la pólvora cuando no saben de la misa ni la mitad, ni la cuarta parte de la mitad, ni la octava parte de la cuarta parte de la mitad. Quizás cuando el hijo de Eduardo haya conocido la milésima parte de lo que conocemos algunos hombres (y no soy gringo por cierto aunque él se crea que lo soy) sepa distinguir entre lo que es la honestidad y la honradez de su padre, de su madre y de su abuelo que levantaron el negocio y lo hicieron prosperar gracias a sus esfuerzos, y la insensatez de queere engañar y sepa también lo que es la ignorancia que tiene; porque, en esta vida que nos ha tocado vivir, todos los “chisgaravìes” terminan por darse con la cabeza en el pesebre donde pastan los burros de tan listos que se creen que son… a no ser que les corrija la vida misma cuando sean mil veces engañados por otros más listos que ellos (que los hay) y aprendan lecciones suficientes como para dejarse de hacer “el vivo” creyendo que los demás estamos muertos o no sabemos leer los números que inventaron los árabes (cosa que el hijo de Eduardo supongo que todavía no sabe o no lo sabe bien completito).
Y es que algunos van sólo hasta Mindo y creen saber más que otros que ya volvemos, por ejemplo, desde Guyayaquil. Sé por qué lo digo. El señor don Benjamín Carrión Mora (ilustre escritor y pensador ecuatoriano que conoció el mundo entero) también lo sabía.
Nota: hay algunos alumnos que creen que los maestros hemos nacido ayer.