Hoy me adentré en esa casa, esa casa que siempre me acojía, mi segunda casa.
Pero que ya no estaba llena… Sola totalmente sola he recorrrido cada rincón y te he imaginado en cada lugar de esas habitaciones en las que yo practicamente me he criado.
Y en mi cabeza los recuerdos se agolpaban por salir.
En el salón, aun estaban tus delantales limpios encima del sillon donde yo me solía sentar en Navidad.
Me he mirado en tus espejos y he visto una imagen vacia de ojos rojos y entristecidos.
He entrado en tu habitacion y me ha venido una lluvia de recuerdos, porque ahí moriste en aquella habitacion, en aquella cama, abrazada a tu marido.
He recorrido con mis dedos todo aquello que tu en su día tocaste y he cogido en mis manos tus fotos, lo unico que me queda de ti, la más preciosa imagen de mi abuela.
Te he recordado como se recuerda a una abuela, como mi segunda madre, y aqui sigo llorando tu perdida.
Aferrándome a los unicos recuerdos que tengo de ti con temor a que se pierdan y olvide tu cara, no quiero olvidarte y cada dia intento recordarte entre lágrimas, pero poco a poco los recuerdos se desvanecen.
Tus nietos te quieren.
2 comentarios sobre “La casa de mi abuela.”
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Alejandra: los mismo que le ocrrió a Wersemei yo también vi morir a mi abuela hacd ya muchos años. Y la recuerdo. Su rotro no se me borró de mi memoria. Ni sus palabras. Ni sus gestos. Ni su particular manera de amar… así que no sufras. Tu texto es sencillamente excelente y elegante.
Nunca la olvidarás Alejandra, esas personas queridas no nos dejan nunca solas.
Hace muchos años que perdí a la mía y todavía la recuerdo tal y como era.
Un beso y ánimo.