El principio de Realidad, con una visión muy posterior a Freud, va conformándose en constructos muy diversificados. La Realidad es fenomenológica, supuestamente subjetiva pero muy “moldeable”. En una de mis reflexiones de ayer trataba de tocar el tema de ¡cuánto de humano somos!, hoy es la Realidad, su variabilidd y sus implicciones sobre el ser. Muchas teorías del siglo XX, o un poco anteriores…empiezan a perder sintonía con la avalancha de propuestas tecnológicas. No hemos dado un gran salto en nuestro “emocionario básico”, pero las adicciones comienzan a hcernos depender de realidades virtuales, de satisfacciones instantáneas. ¿Por qué estar contínuamente comunicados? ¿Dónde queda la introspección consecuente para hallar un principio del ser? La Realidad está habotada por grndes franjas generacionales. Fluctuamos entre la insmensa paciencia para asimilar los pseudocambios y una virtualización profunda que nos impone reglas pero que utiliza el “material humano” para alimentarse.
Un comentario sobre “La cultura del Malestar”
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La cultura del malestar.
Es inevitable avanzar hacia el Pesimismo, como filosofía existencial. El gran cánzar de las guerras está alcanzando niveles muy superiores a otros momentos de la historia. Una inquietud persistente se adueña de los pueblos y, la utopía de un ser todos Hijos de una Misma Madre, va alcanzando características de odio y pandemia. Los premios Nobel por la Paz…aparecen y desaparecen. Las instituciones juegan sus partidas por el “telefonillo” para evitar encontronazos políticos. No podemos dudar que las noticias de un País marcan su estilo ideológico ye l catastrofismo tapone cualquie encuentro con la palabra Paz, Tranquilidad búsqueda de los valores del ser Humano.
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Las realidades más concretas, amigo greko, son esas que se presentan como comunicaciones adictas a nuestra propia manera de sentir. Si Freud analiza los conflictos de la realidad interna es necesario saber que dichos conflictos siempre son sucedáneos y que las fluctuaciones de nuestras conciencias dependen grandemente de nuestros grados culturales. Nos implicamos en el estudio de nuestro ser cuando nos alimentamos de “material humano”. Y eso es lo que nos hace plantear sintonías generacionales. La Realidad -siempre tan subjetiva- es sin embargo una objetividad plural. Yo diría que todas esas plurales esencias de la Realidad objetiva es la que la transforma en subjetividad unipersonal en el alma de cada ser humano. Un abrazo, grekosay.