Conozco Argentina de una manera que, en principiio, era impensable para mí. Resulta que desde 1998 hasta el 2000 estuve muy dedicado a la tarea del aprendizaje de los guiones cinematográficos. Acudí, en Ecuador, a numerosos talleres de formación de guionistas. En uno de ellos, celebrado en la Sala Kingman de Quito, hice gran amistad con el director del taller, un argentino llamado Fabián Iriarte. Y como tesis de final de curso presenté el libreto titulado La Dama Azul que, sorpresivamente, entusiasmó mucho a Fabián y a los compañeros y compañeras del taller. Entre ellos se encontraba otro argentino llamado Diego Bruzzone que fue el que más se interesó por el guión. El y la bellísima costarricense Mayra que estaba de paso por Ecuador. Tanto es así que nos propusimos la idea de llevarlo a la realidad. Tras muchas reuniones en el Café Libro de Quito, nos lanzamos a la aventura de visitar Argentina para ver qué posibilidades había. Con mucho esfuerzo reunimos la plata necesaria y nos fuimos a Buenos Aires.
El aeropuerto internacional de Ezeiza lucía espléndido cuando llegamos en enero del 2000. En la ciudad bonaerense residíamos en el barrio de La Boca (Calle Museo Caminito), muy cerca del ferrocarril Roca-Metrópoli. Empezamos con la tarea de encontrar personas para la película. Lo más importante era encontrar a La Dama Azul. Todas las noches acudíamos a Buenos Aires 2×4 de la Plaza Bohemia y allí, mientras aprendiamos milongas argentinas y uruguayas !la encontramos!. Se llamaba Estela y era marplateña.
Era actriz dramática y tenía algunas experiencias en cine, pero lo más resaltable de todo es que era la perfecta dama que yo había escrito en mi guión. Nos conocimos ampliamente. Era muy agradable su conversación y una gran lectora de Arlt, Borges, Cortázar, Sábato, Mallea, Mujica Lainez, Bioy Casares… y pasé grandes veladas bohemais charlando sobre El Aleph, El juguete rabioso, La vuelta al día en ochenta mundos, El escritor y sus fantasmas…. y la hermosa leyenda de Alfonsina Storni: la poetisa de Mar de Plata.
Mar de Plata está ubicada a unos 300 kms. de Buenos Aires, en la costa del Atlántico. Así que, sin pensarlo mucho, nos fuimos con Estela a buscar algún lugar ideal para las localizaciones de la posible película. Como la película gira especialmente en una habitación donde se desarrolla la vida de la dama (con unas pocas incursiones hacia el exterior) no resultaría muy difícil hallar el lugar.
Después de conocer el corazón de la ciudad (Centro Cívico, Paseo, Avenida Colón, Barrio de Stella Maria (que es donde había nacido nuestra Estela), Barrio de Los Troncos… ) salimos hacia la zona costera y vimos la Gruta de Lourdes, el Complejo de Punta Mogotes. el bello barrio del Divino Rostro… ) hasta que encontramos una hacienda -una especie de villa- entre tambos y nacimientos de arroyos cristalinos, que era un lugar idóneo para La Dama Azul.
Pudimos contactar con el cineasta Héctor Olivera y algunos de sus discípulos y les interesó la idea. Una vez elaborado el proyecto nos volvimos a Buenos Aires para encontrar ayudas financieras. La cosa económica no estaba muy bien entonces en Argentina y dejamos el proyecto hasta una nueva oportunidad. De momento aún está en el aire la película pero muchas noches sigo trabajando en el guión de La Dama Azul recordando a la bella Estela marplatense y sigo, en base a ella, perfeccionando la idea central, el story line, el perfil de personajes, el short de acciones, la estructura y los diálogos del libreto… recordando siempre los buenos momentos vividos con la bohemia bonaerense y las maravillosas luces nocturnas de los paisajes costeros de Mar de Plata.
A este guión le tengo muchísimo cariño (reposa en mi escritorio junto con La noches de los olvidos, El señor del barrio y Jacarandá que son otros proyectos de cine muy queridos por mí) y muchas veces lo releo para seguir dándole una mejor forma sabiendo que gracias a él conocí por primera vez Argentina (país que volví a visitar en el 2003 para realizar un reportaje sobre las tierras de Córdoba y Mendoza) reteniendo en mis retinas la profunda visión de Estela y ese Mar donde Alfonsina se introdujo lentamente para ir a morir junto a las caracolas…
Tu texto refleja lo que es Mar del Plata una ciudad hermosa,con toda su historia,y cuando nombraste a Hector Olivera ,el director de cine para mi es uno de los mejores,he visto casi todas sus peliculas,pueda ser que algun dìa puedas llevar a cabo el proyecto de La Dama Azul,mis saludos Estrella,me alegra que tengas tan buen recuerdo de Argentina