Ella era buena persona… siempre lo había sido, había hecho obras de caridad, había ayudado a todo el que lo necesitase, y siempre había aconsejado a cualquiera de sus amigos… entonces, ¿Por qué estaba tan sumamente sola?
No lo entendía, le parecía algo inconcebible… todo el mundo tiene a alguien, alguien en quien confíe quiero decir, porque es obvio que ella tenia amigos, pero era todo muy superficial, ¿alguna vez había confiado en alguien? La respuesta era muy fácil, lo había hecho, si, en si misma.
¿Por qué le costaba tanto abrir su corazón? su mente estaba llena de dudas… ella sabia que la gente a la que ayudaba le estaba muy agradecida, pero, ni siquiera recordarán su nombre pasados unos días, entonces, ¿Por qué esforzarse? ¿Por qué siempre tenia que sentir que estaba todo bajo control?
En realidad se sentía neurótica, hasta el punto en que llegó a pensar que debería encerrarse en su habitación para no salir nunca jamás, pero, no entendía porque le pasaba todo eso… porque en realidad no había nada en su vida que tuviera un verdadero sentido, y no tenia control en nada. Entonces, ¿Por qué ese afán en poner control en la vida de los demás, en los trabajos que realizaba, en sus acciones…? ¿De que servia todo aquello?
Sentía que cada vez le ardía mas y mas la cabeza, tanto que esperaba que en algún momento estallase, de tal forma que no quedase ningún rastro de ella… y eso le hacia sentir bien en parte, pues le encantaría poder esfumarse y observar desde algún lugar lejano todo lo que pasaba, le gustaría saber si alguien se daría cuenta de que ella ya no estaba allí… y estaba casi segura de que no sería así, se sentía efímera, como lo es una tormenta en verano, eléctrica, intensa y a su parecer extraordinaria, pero, al fin y al cabo fugaz, sabía que en el fondo su vida era simplemente eso, un cúmulo de ciertas acciones y situaciones que se repiten diariamente, sin ninguna maravilla o sorpresa, solo más y más cosas sin sentido. En efecto, eso era para ella la vida, puede que sea algo más para cualquier otro, pero no para ella.
Tenia miles y miles de preguntas que hacer, y nadie a quien preguntárselas, y ya estaba cansada de preguntarse a si misma, sabiendo que no obtendrá ninguna respuesta, siempre había sido así, ¡es normal! si la gente pudiese contestarse a si misma, ¿Por qué iban a hacer preguntas a otros? No se, ella no sabe, nadie sabe nada y sin embargo todos intentan responder, siempre ha sido así, todo el mundo intenta responder las dudas de otros antes que las suyas, y los problemas de otros, o al menos eso es lo que ella hacia… pero, ¿Por qué no había nadie para responderle a ella? ¿Qué había hecho mal?… puede que nunca lleguase a saberlo, puede que cuando ella muera y nadie lo sepa… y nadie pueda contestar sus dudas, puede, que simplemente nadie deba hacerlo… tal vez el problema es simplemente eso…
Tu realto encierra una profunda reflexión, y una pregunta trascendente que se basa en ¿cómo hacer para preguintarnos a nosotros mismos lo que respondemos siempre que observamos a los demás?. Es digno tu esfuerzo por presentar un texto con incógnitas incluidas. la conclusión final la dejas abierta a un posible debate… Un abrazo. Buen texto.
Es muy triste llegar a estar así. No sé si esto va a quién creo, o algún otro, pero sin embargo he llegado a sentirme así numerosas veces. Pensando en que la única salida era dejar el mundo… Pero también diciendo que no. Toca estar aquí el tiempo que toque. Así que mejor pasarlo bien que tener un trauma! Saludos.