La fiebre Obama

Nunca antes en la historia de la política un hombre ha representado una esperanza tan tangible, tan palpable en las manos no solo del pueblo estadounidense, sino del mundo entero.
El escenario mundial caminó junto a Obama en su largo recorrido rumbo al éxito electoral, y hoy no lo abandona al entrar por fin en la Casa Blanca.
La fiebre que ha desatado el primer presidente negro es inigualable. Ancianos, jóvenes, niños, blancos, negros, latinos… todos lo conocen. Es la unificación y la esperanza de un pueblo abatido por los golpes de la guerra, derrumbado económicamente. Es la encarnación del verdadero sueño americano.
Los factores que hacen posible el fenómeno son múltiples. Es la necesidad del héroe después del villano. Año tras año la población americana ha visto a su gloriosa nación perder, poco a poco, su posición de poder frente al mundo.

El imperialismo y los intereses particulares que durante tantos años se escondían detrás de una imagen de país mesías han salido a relucir. Más aun que esto, el bolsillo de los ciudadanos se ha convertido en la evidencia del mal manejo de un país tambaleandose en la cumbre.
Los medios de información son el corazón de la ilusión de una nueva era mundial. La exposición de su imagen y las ideas que lo rodean han logrado convertir a Obama en el Jesus de los Estados Unidos.
Es sin duda esperanzador pensar en una unidad en uno de los países mas desunidos, en uno de los más poderosos, en uno de los que más nos afecta. Sin embargo es difícil pensar que un hombre por sí solo, en contra de todos los males de este mundo, triunfara en tan solo cuatro años.
No obstante, un hombre por sí solo si puede mostrarnos que la humanidad conserva el deseo de un mundo mejor, conserva la fe, y busca la unión… valores que en sí son el fundamento del cambio.

2 comentarios sobre “La fiebre Obama”

  1. Un mundo mejor sin mesías clarividentes como el desafortunado Bush es una esperanza… esperemos que Estados Unidos no sea una vez más prepotente y ayude de verdad al mundo nuevo que preconiza Obama. Un nuevo mundo es posible si… pero no sólo un hombre lo podrá lograr sino muchos (todos) conjuntamente y a la par.

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