Cuando buscas encontrar calma, cuando sufres las inclemencias del tiempo, cuando los vientos no te son favorables, acudes a susurrar tus deseos al cielo. Pides fuerza y valor, pides ayuda y comprensión…quieres saber, quieres poder, necesitas seguir aquí, al amparo de las estrellas. En las noches más dolientes anhelas consuelo y la luna refleja tu lágrima solitaria. Ansías sentimiento y justicia…para tu piel caricia, sueñas que alguien comprenda tus interiores, esa inmensa soledad que planea como el ave, dormida y complacida con las alas extendidas.
OH, magno vacío, escucha su aullar cual lobo lastimado. Deja que el errante encuentre su rastro, que este no quede borrado por las dunas de un desierto pasado, que las arenas frías del día no entierren amores ardientes, que un corazón comparta esa existencia sutil de la desesperación.
Sentado en la gran roca distingues las luces y las aguas y piensas en el placer del pájaro y tu pecho se apodera de un gran sentimiento de pasión, llora tu alma en la quietud y comprendes muy bien. Notas el carácter de la emoción y percibes el suave contacto de la vida.
Hoy las estrellas siguen destellando en el cielo.
-1977-
Precioso canto, Kim.