La niña y el duende (Teatrillo Virtual)

Niña.- ¿Qué me traes hoy, mi verde esperanza?
Duende.- Una bella canción en forma de estrella
Niña.- Quiero que sea una estrella alegre, como esas que corren fugaces por el cielo.
Duende.- Así será, pequeña sonrisa. Una canción fugaz…
Niña.- Duende… ¿es la fugacidad la estación de los sueños?.
Duende.- Para ti sí, mi amor pequeño.
Niña.- ¿Y para ti?.
Duende.- Para mí sirve cualquier momento.
Niña.- ¿Qué es cualquier momento?.

Duende.- El instante en que tú descuelgas tu presencia por el tobogán de mis emociones.
Niña.- Y cuando acabe el canto… ¿qué me quedará como recuerdo?.
Duende.- El pálpito del eco de una dulce voz como flor de lluvia.
Niña.- Que sea un lirio silvestre, por favor…
Duende.- Así será. Un lirio silvestre rodeado de margaritas.
Ñina.- Empieza ya…
Duende.- Margarita… !está linda la mar!.
Niña.- ¿Cómo es el mar, Duende?.
Duende.- El lugar donde siempre encontraremos nuestro idéntico afán. Sin paisaje ni memoria. Solo con los contornos de nuestro afán.
Niña.- Sigue…
Duende.- Margarita… !está linda la brisa que se abraza a tu mirada!.
Niña.- Por eso siempre querré que tú seas mi Duende.
Duende.- Está bien. Yo seré siempre tu Duende y tú la margarita donde dormirá toda mi existencia.
Niña.- Te quiero Duende… te quiero mucho…
Duende.- Escucha, mi pequeño amor… !está linda la estrella!.
Niña.- Déjame alcanzarla…
Duende.- Alcánzala hasta que todo el cielo te envuelva de aromas.
Niña.- Sigue, Duende, sigue…
Duente.- Margarita… !está linda la luz!.
Niña.- Dame tus brazos para poder dormirme entre ellos mientras sigue la canción de tu luz.
Duende.- Margarita… !está linda la paz!.

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