La Nueva Dependienta

“Disculpe señor, nos han dicho que por aquí cerca hay una zapatería de lujo, ¿la conoce? ¿Por donde queda?”
“¡Ah, Sí Si! La conozco, justo antes de llegar a la plaza aquella de allí.”
“¿Es cierto que allí trabaja una chica muy amable?”
“Sí, es cierto, sí “
“Muchas gracias”

“Buenos días, ¿Qué desean?”
“Pues queremos unos buenos zapatos”
“¿Qué numero?”

“El 42”
“Estos le van a gustar, Pruébeselos.”
“Cierto, me encantan. Están bien de precio y es el numero que buscaba.”
“¡Otra cosa señorita! verá: ¿Seria posible que me llevara los zapatos durante unos días, para ver si realmente me siento bien, si me producen alguna rozadura, si me resultan cómodos? ¡Como una prueba!
“Sí, además se lo iba a proponer yo misma. Puede probar unos días estos zapatos, y mire a ver si camina cómoda, si su pie se adapta bien, si hubiese alguna rozadura, hágalo tranquilamente y si acaba por quedárselos ya me los pagará, no se preocupe. Ir bien calzada es fundamental. A veces se compra una unos zapatos, y resulta que al poco empiezan a hacer daño o salen duricias….”
“¡OH! que bien, es usted una persona muy amable! Precisamente hemos venido aquí, porqué nos han hablado muy bien de usted. Muchas gracias.
Pues probaré durante unos días estos zapatos y a ver como me van.”

“Que pasen un buen día”
“Gracias. Igualmente.”

Fin

2 comentarios sobre “La Nueva Dependienta”

  1. ¡Qué mundo! ¿Donde queda la zapatería, que voy? 🙂

    También podrías titularlo “O como sería todo si la gente estuviese bien comida, saludable y con un polvo al día”.

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