La terrible catástrofe que asola a los EEUU no puede caer en saco roto. Es cierto que lo imprevisible de los elementos (tan en boca de Felipe II) ha provocado una auténtica y despiadada catástrofe. Para mi no es diferente a una guerra devastadora y cruel como la de Irak, Vietnam u otras…Cuando pensamos que la cima del mundo es nuestro castillo inespugnable descubrimos que el ratón puede arañar lentamente la base de la montaña. América sufre y sufrirá, porque el daño ya no es imputable a ningún ser humano; ya no hay aviones que chocan contra torres, ya no hay ideología…simple y llanamente todo lo que se está produciendo es una ejemplar respuesta de la Tierra.